Una banda armada de 25 delincuentes asaltó la mina de oro Corihuarmi, en los linderos con Yauyos y Junin
Tras reducir a 20 vigilantes, robaron armas, municiones y 700 gramos del metal. Huyeron en 3 camionetas de la empresa.
Una banda de avezados delincuentes bien armados incursionó en la única mina de oro de Junín, ubicada en los linderos del distrito de Chongos Alto (Huancayo) y Yauyos (Lima), en la zona alta y tras de reducir a los 20 vigilantes robaron armas y municiones y 700 gramos del metal precioso en escoria, huyendo en 3 camionetas de la misma empresa. La banda permaneció en la mina 13 horas, desde las 7 y 30 de la mañana, hasta las 8 y 30 de la noche del día jueves, buscando el oro refinado, que nunca lo hallaron.
El general PNP Alfredo Miranda Benavides, director de la Octava Dirección Territorial de la Policía (VIII DITERPOL) manifestó que tras realizadas las investigaciones, se determinó que no se trató de una incursión terrorista para apropiarse de explosivos, tal como difundieron al principio algunas emisoras, sino de un atraco perpetrado por delincuentes comunes. Prueba de ello, dijo, es que el polvorín no fue tocado.
Los delincuentes en número de 25, utilizando armas de fuego, ingresaron a las instalaciones de la mina y se dieron tiempo de apropiarse, además de la escoria con oro, que se encontraba en la caja fuerte de la empresa, de equipos, que utiliza el personal de la mina como mamelucos, botas y tres revólveres calibre 38, 4 escopetas calibre 12, municiones, radios transmisores – receptores y 7 chalecos antibalas, de los vigilantes.
Fuerzas combinadas de la policía y el ejército emprendieron la cacería de los asaltantes y mantienen controladas todas las rutas de escape hacia el Valle del Mantaro y hacia la provincia de Yauyos (Lima).
Lo tenían bien planeado porque la mina Corihuarmi (mujer de oro) se ubica en las praderas andina del distrito de Chongos Alto, a más de 120 kilómetros al sur oeste de Huancayo, donde la comisaría más cercana queda a unos 50 kilómetros de distancia. (EL COMERCIO)
El general PNP Alfredo Miranda Benavides, director de la Octava Dirección Territorial de la Policía (VIII DITERPOL) manifestó que tras realizadas las investigaciones, se determinó que no se trató de una incursión terrorista para apropiarse de explosivos, tal como difundieron al principio algunas emisoras, sino de un atraco perpetrado por delincuentes comunes. Prueba de ello, dijo, es que el polvorín no fue tocado.
Los delincuentes en número de 25, utilizando armas de fuego, ingresaron a las instalaciones de la mina y se dieron tiempo de apropiarse, además de la escoria con oro, que se encontraba en la caja fuerte de la empresa, de equipos, que utiliza el personal de la mina como mamelucos, botas y tres revólveres calibre 38, 4 escopetas calibre 12, municiones, radios transmisores – receptores y 7 chalecos antibalas, de los vigilantes.
Fuerzas combinadas de la policía y el ejército emprendieron la cacería de los asaltantes y mantienen controladas todas las rutas de escape hacia el Valle del Mantaro y hacia la provincia de Yauyos (Lima).
Lo tenían bien planeado porque la mina Corihuarmi (mujer de oro) se ubica en las praderas andina del distrito de Chongos Alto, a más de 120 kilómetros al sur oeste de Huancayo, donde la comisaría más cercana queda a unos 50 kilómetros de distancia. (EL COMERCIO)
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