Un terremoto de esta magnitud haría colapsar más de 200 mil viviendas y otras 34.300 resultarían seriamente afectadas
NELLY LUNA AMANCIO
Dos años antes del terremoto que destruyó Pisco y asustó a los limeños, el joven sismólogo Hernán Tavera anunció el desastre. Apoyado en cálculos científicos y en la teoría del silencio sísmico (donde hubo fuertes sismos estos volverán a repetirse), dijo que al sur de Chilca se registraría un terremoto. Las autoridades no hicieron caso. En 2007 Pisco fue asolado.
Si el Gobierno hiciera caso a los científicos, Lima estaría preparada para un gran sismo (hace 37 años que no se registra uno de gran magnitud), pero no es así.
Nuestros estándares de construcción son tan estrictos como los de Chile y Japón. Sin embargo, la fiscalización aquí es deficiente. En Tokio hay un inspector asignado a cada obra, mientras que en Lima (sin contar la construcción informal, que alcanza el 60%) la supervisión solo se hace una vez.
Dos años antes del terremoto que destruyó Pisco y asustó a los limeños, el joven sismólogo Hernán Tavera anunció el desastre. Apoyado en cálculos científicos y en la teoría del silencio sísmico (donde hubo fuertes sismos estos volverán a repetirse), dijo que al sur de Chilca se registraría un terremoto. Las autoridades no hicieron caso. En 2007 Pisco fue asolado.
Si el Gobierno hiciera caso a los científicos, Lima estaría preparada para un gran sismo (hace 37 años que no se registra uno de gran magnitud), pero no es así.
Nuestros estándares de construcción son tan estrictos como los de Chile y Japón. Sin embargo, la fiscalización aquí es deficiente. En Tokio hay un inspector asignado a cada obra, mientras que en Lima (sin contar la construcción informal, que alcanza el 60%) la supervisión solo se hace una vez.