Transcurrida más de una semana, de la difusión de la “burrada
administrativa policial” que mutiló el límite policial de Cañete, se ha podido
comprobar una vez más el poco interés por hacer de ello un tema integral en la
defensa del límite territorial.
Tanto la autoridad local y regional decidieron rechazar la perpetrada
resolución “Salazar” por cuerdas separadas. María Montoya fue la única que se
apersonó al Ministerio del Interior, con una actitud pueril (que discutí con su
asesor); mientras que Javier Alvarado atinó a enviar un escueto oficio. Sin
embargo, que nueva lección proviene desde Ica, porque su presidente regional y
su “chiflado congresista” si llegaron a dialogar con el Ministro.
Más allá del improperio policial (que esperamos sea anulado), transitan
los días, y no se manifiesta el interés del presidente regional (en primer
lugar) de convocar y conformar una comisión de defensa de los límites, con
funciones, representantes y estrategias definidas, a diferencia del que se
conformará en la gestión de Chui Mejía que no realizó nada, más que pedir a
PERU LNG el retiro del cliché “Melchorita” de su proyecto.
Viene el recuerdo de la última reunión realizada en la MPC y la
exposición del profesor Correa Pereyra, una reunión parlamentaria de autoridades
de la región Lima, pero de ahí no hemos pasado. Un único congresista expresó su
enfado en el Congreso, pero a las horas olvidaría el nombre de la alcaldesa
provincial, como olvidada tiene su oficina de Casuarinas en San Vicente, como
ya lo indicaron otros medios.
La Comisión conformada en la MPC hasta la fecha no informa nada. Hasta
los medios de prensa van eliminando de sus titulares este tema, pero sobre todo
el reclamo de la instalación de una Comisión tan igual como la que existe en
Ica, y que mucho ha avanzado en los últimos meses, y ya nos lo han demostrado.
Sin una agenda clara y definida, los esfuerzos se dispersarán, las
acciones serán débiles, el desinterés se difundirá como un virus, y la
“esperanzadora” intención de resolver este espinoso tema continuará siendo una
utopía.
Javier Alvarado y María Montoya, llegaron por las mismas filas a ser
autoridades en este nuevo período que llega a su mitad. Muchos pensaron que con
ellos Cañete retomaría un rumbo cierto en la solución de sus problemas, pero ya
los desánimos y decepciones nos hacen presagiar, que culminarán sus mandatos, y
el tema de los límites será un pasivo que tocará resolver a las autoridades
entrantes. Espero equivocarme.
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