Hace unos días leía un
artículo en una revista sabatina, sobre los más grandes, atractivos y prósperos
mercados municipales en Latinoamérica. La nota iniciaba con la siguiente frase:
“si quieren conocer la cultura de un pueblo, empiecen conociendo su mercado”.
En Cañete no podemos hacer eco de ello desde hace más de 10 años.
Hasta el día de hoy se
cuestiona, si resultaba razonable y prudente la transferencia del predio del
antiguo mercado municipal a manos de la asociación de comerciantes, sólo por
aplicar una ley “fujimorista” que tenía como objetivo beneficiar al más grande
conglomerado de supermercados a nivel nacional.
Creo, sin temor a equivocarme,
que la cuestión es más amplia, y debiéramos preguntarnos si “el regular
comercio” de los productos que miles de familias llevan a su hogar, debe recaer
sólo en responsabilidad de una asociación. (Con el título de venta inscrito, no
se resuelve el problema, y eso lo deben saber nuestras autoridades)
Así las cosas, la administración
que dirige María Montoya está a punto de convertirse en la 4° gestión edil que
no resolverá el problema del mercado en San Vicente. La razón: pensar que con
la privatización del mercado, la Municipalidad se libraba de la responsabilidad
de dotar de un centro de abastos a la capital de la provincia. Si se sigue
pensando así, entiendo porque la mayoría espera la “próxima” inauguración de un
mega plaza.
Aunada a esta indiferencia
edil, y a esta “esperanza” de un pronto accionar de la asociación de comerciantes,
se presenta un episodio deplorable, de un grupo de personas liderados por la
señora Blanca Vicente, que so pretexto de haber iniciado una “prescripción
adquisitiva” (asesorada malévolamente por un rufián abogado) propiciaron un
enfrentamiento, con quienes teniendo título en mano, aún no saben como iniciar
la construcción del mercado.
La inversión es bienvenida
(mega plaza también), pero un “mercado” es lo que requiere San Vicente. Más que
razones legales, administrativas, prescriptivas, y asociativas, sino contamos
con un lugar que ofrezca nuestros productos, de nada podremos alardear de
“identidad y cultura” en estos tiempos. La necesidad es de todos, no sólo de la
autoridad edil, ni de la asociación. — con Luis Eduardo Garibay Piñan y 18 personas
más.
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