El sacerdote turolense Samuel Valero Lorenzo, que fue misionero en
Perú, escritor, profesor y archivero diocesano, falleció el pasado jueves en
Teruel a los 84 años.
Nació en la localidad turolense de Royuela el 26 de enero de 1928. En
1938 se trasladó con la familia a la capital de la provincia, donde ingresó en
el seminario diocesano. Cursó Filosofía y Teología en el seminario de Barcelona
y finalmente tomó la decisión de ordenarse sacerdote en 1951.
Primero atendió durante algunos años varias parroquias de la diócesis:
Terriente, Griegos, Villafranca del Campo. Después se fue de misionero a Perú,
a la prelatura Nullius de Yauyos, donde permaneció unos diez años. En aquel
país andino fue canciller de la prelatura, profesor de Lengua Castellana y
director espiritual del seminario colegio Nuestra Señora del Valle.
A su regreso a la Diócesis de Teruel se dedicó a trabajar con
estudiantes en el colegio Guadalaviar y, al mismo tiempo, en el de El Vedat de
Valencia.
Valero realizó una labor muy meritoria en el Archivo Diocesano de
Teruel, ocupando en la actualidad el cargo de archivero. Fue el encargado de
todo el proceso para la beatificación de los sacerdotes mártires de la guerra
civil en la diócesis de Teruel-Albarracín así como un promotor de vocaciones
sacerdotales.
Samuel Valero era un escritor de cierto éxito que cultivaba
principalmente la narración breve y el cuento, aunque también escribió poesía.
Además, tenía escritas unas once novelas, unas publicadas en formato papel y
otras editadas en soporte digital, con títulos como Cordón umbrical, Nosotros
los Custodios, Amor de madre: un Pilar, La sima, Escenas perdidas: lo rural,
Miedo en la vega del Tajo, Los olmos retoñan, Realidades sin sombra.
MOTIVO APOSTÓLICO Asimismo, con motivo apostólico, publicó igualmente
Biblia Infantil, Memorias de María, Memorias de Juan Cuentos y narraciones,
Yauyos, una aventura en los Andes, donde narra muy amenamente los inicios de la
prelatura de Yauyos y cuenta experiencias de los primeros sacerdotes españoles.
En dicha prelatura recuerdan con enorme cariño su esfuerzo y dedicación por
sacarla adelante.
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