Recuperado en la salud, retomó una actividad tan satisfactoria: La
redacción; agradeciendo a los medios virtuales, radiales y escritos, por la
generosidad de sus difusiones.
Y vaya que la temática es tan variada y compleja a la vez, hasta el
punto que nuestro continente, y el Perú, son el centro de noticias a nivel
mundial.
Pero suele suceder, que a veces no es entretenida a nivel local; salvo
por la “amnesia” legal decretada en Nuevo Imperial para infringir la norma
municipal, y quitarse de encima a un regidor de la agrupación política que
gobierna dicha comuna (también debería irse quien asintió y permitió a Huaraca
Tito en tal lista política).
Quisiera de hablar política, pero lo haré en otro momento. Como dijese
hace unos días, nadie habla de algo hasta que le toca vivirlo. En el caso
personal, toca referirme a la salud.
Me aburre en demasía escuchar el mismo cinismo de siempre “vivimos en
superávit económico”, pero muchos peruanos mueren en hospitales nacionales por
falta de medicamentos. O que al crecimiento del Perú le falta “inclusión
social”; una estúpida frase que es mejor prueba que nuestro sistema estuvo
diseñado para unos pocos, que ahora recién se acuerdan de incluir a las
mayorías.
Esta semana que transcurrió, se realizaron dos lanzamientos de campañas
de salud importantes: contra la Diabetes y el VIH – Sida. Enfermedades tan
locales, enraizadas en nuestros distritos, como Mala, San Luis, San Vicente,
Imperial, Nuevo Imperial y Lunahuaná, pero sólo la del “distrito moreno” pudo
organizar una actividad.
Sin embargo, las redes de salud (Chilca – Mala, Cañete – Yauyos) no han
logrado llamar la atención de la población, de los medios, de las autoridades y
los ciudadanos, más aún si los registros, necesidades y requerimientos son
apremiantes. En ese campo, la DIRESA debe replantear el esquema de
comunicaciones, y los medios deben replantear la “visión monetaria” de las
publicidades.
Hasta el día de hoy, siguen esperando a la Municipalidad Provincial,
que emita una ordenanza que declare a nivel local la importancia de la campaña
contra el VIH-Sida, pero parecen más preocupados en destruir veredas nada
añejas, y asfaltar pistas (y la mayoría por Administración Directa).
Cuántos locales se clausurarían por agraviar el interés público, al
detectarse infracciones a reglas sanitarias con el soporte técnico de los
profesionales en salud. Pero la lógica es otra, y en San Vicente cada día
aparecen más cantinas con servicios de meretricio disfrazado que no respetan su
proximidad a instituciones públicas (basta darse una vuelta nocturna en
inmediaciones de la Corte Superior).
De otro lado, siendo evidente las necesidades apremiantes de
herramientas en el Hospital Rezola, su nueva directora prefirió comprarse hace
unos meses una camioneta para “uso personal”, y continuar alquilando una
oficina a una “cooperativa de préstamos”, como si a nuestro principal nosocomio
le sobracen ambientes para atender pacientes.
Aunado a ello, y pese a las parcas remuneraciones que perciben cientos
de profesionales asistenciales, algunos médicos que hoy ocupan cargos
administrativos, se aplican bonificaciones de 2300 nuevos soles, y le quitan la
comida a quienes se fajan por atender a nuestros enfermos, con la máxima
“conchudez” de pedir que le lleven los alimentos a sus oficinas.
Y así, muchas tropelías públicas, calladas, ocultas, y sobre el que la
gestión de Javier Alvarado aún no resuelve nada con la saturada “línea
anticorrupción” que para muchos no sirve para nada.
Replanteen el esquema de gobernar la salud en la región y en Cañete, no
todo se resuelve con ambulancias, y con un nuevo hospital, ni tampoco con
veredas y pistas, si a nivel administrativo, y asistencial las cosas
continuarán igual; y a nivel local cada día los municipios renuncian a ejercer
sus competencias para clausurar locales que son focos de infección para la
salud pública.
Comentarios