Por Juan Vladimir Rojas Hinostroza.
Se esperaba un poco más de participación y sensibilización en la población
cañetana en la marcha por la paz. Ni con el cambio de fecha del calendario cívico
escolar que este domingo debió celebrarse El Día Del Niño Peruano en nuestra histórica
plaza de armas de san vicente pudo tener un lleno esperado.
Nos dirán de todo por el artículo, pero ciegos para escribir y percibir
los hechos no, más aun que el marco pareció una fiesta de estrellas al estilo
de las movidas o las peñas de ferrando. Pero la marcha debió hacerse por las calles, jirones, urbanizaciones, barriadas, parques, mercados, mercadillos, paraditas allí donde esta la gente, allí donde esta la lumpe, allí donde cada día ocurren actos de violencia, allí donde el vecino desde su casa debió aplaudir y gritar fuera violencia... pero eso no ocurrió.
Pero algo me hizo ir y decir también aquí estoy porque no puedo
concebir que mis sobrinas y sobrinos vivan en un cañete lleno de inseguridad a comparación
de los años maravillosos en que vivíamos en paz y armonía a temprana edad. Lógico
que nunca olvidaremos la insurgencia de sendero luminoso por cañete y Yauyos que
lleno de terror por unos buenos años a este valle bendito.
Yo, quiero vivir en paz, donde la delincuencia viva lejísimos del
bullicio sano de nuestros niños y jóvenes que buscan vivir con dignidad por los
años, quinquenios y centurias por venir. Usted seguro también querrá lo mismo,
pero para eso solo los cañetanos debemos identificarnos y decir a todo esto ¡Queremos
Vivir En Paz!
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