Escribe Miguel Fernández
Valencia.
A pocas horas de haber
realizado la gran marcha ciudadana por la dignidad cañetana, es oportuno
expresar lo siguiente:
PRIMERO, agradecer de todo
corazón, y con la más absoluta humildad a todos los cañetanos, que de una u
otra manera, contribuyeron a la realización de esta legitima expresión
ciudadana, la misma que ha tenido por única finalidad, la de reivindicar
nuestra dignidad, de reconstruir la autoestima ciudadana, tan venida a menos en
los últimos años, en esta provincia de cañete, que ha hecho que vivamos
prácticamente acostumbrados, espectando, una y otra vez, las múltiples e
incontables acciones vergonzantes e indignas, revestidas de inmoralidad, dolo e
ilicitud por parte de quienes han jurado servir al pueblo, para terminar
finalmente sirviéndose de él.
Gracias, hermanos cañetanos ,
porque ha quedado absolutamente claro, que esta aparente apatía, este eventual
adormecimiento ciudadano, precisamente es consecuencia de las estrategias de la
corrupción, que así como articula y diseña sus estrategias para deshonrar la
función pública, también acciona, para generar este sopor ciudadano, esta
indiferencia colectiva, que traduce una renuncia de la acción ciudadana, tal y
como la establece la ley, vigilando escrupulosamente el manejo de nuestros
recursos, participando en la adopción de las decisiones más importantes del
pueblo, exigiendo honradez y eficiencia.
Gracias también a quienes se
han opuesto con todos los medios a su alcance, para deslegitimar, confundir,
desunir, a esta incipiente movilización ciudadana, porque con su desesperación
por destruirnos, nos han dado una cobertura realmente especial, que seguramente
jamás nunca hubiéramos podido solventar, dados nuestros limitadísimos recursos.
Por ese tremendo e indeseado
apoyo, pero apoyo al fin y al cabo, muchas gracias.
Como hemos dicho desde un
principio, sabíamos lo que se venía, las ofensas gratuitas, los infundios a más
no poder, los exabruptos, que arreciaron en las últimas horas, porque ninguna
acción es suficiente cuando se trata de cuidar el vil y próspero negocio de
esquilmar los recursos del pueblo. Pero, si de algo les sirve, debo reconocer
que sus ataques, si han sido certeros, porque han agraviado incluso a mi
familia, bien por uds.
Pero, finalmente, la semilla está
sembrada, y los cañetanos han entendido perfectamente, que el frente somos
todos, cada uno de nosotros, y esto no lo va a cambiar nadie, además, jamás
nunca esperamos, que en una única acción ciudadana hubiésemos generado el
cambio, porque entendemos que el fortalecimiento de la ciudadanía, es un
proceso, laborioso, constante, y ahora, que ya sabemos quiénes somos, que ya
sabemos cuántos, somos, la pregunta, es : cuál es el siguiente paso,
indudablemente, la organización ciudadana, los comités y los frentes
distritales, abreviemos y perseveremos, no nos detengamos en responder a los
infundios, la corrupción ya está notificada. la reacción en cadena ha
comenzado.
#ElFrenteSomosTodos
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