Todo indica que ya Javier Alvarado viene
implementando su campaña política/electoral con el objetivo de hacerse de nuevo
la gobernación regional de Lima Provincias. La gran pregunta es si podrá ganar.
Aunque falta mucho para las elecciones regionales, las recientes declaraciones
y apariciones mediáticas de Alvarado supone que está en marcha una estrategia
de comunicación política/electoral y que en esta columna intentaremos
aproximarnos.
En la política, los manuales de marketing salen sobrando. Una correcta estrategia electoral es la conclusión de un correcto análisis del escenario político, de las fuerzas que luchan entre sí. A partir de allí -de una lectura correcta y honesta del momento y de lo que está en disputa- surgen las estrategias. Creo que existen algunos puntos nodales importantes que explicarían hacia dónde va la estrategia política/electoral de Javier Alvarado.
La primera es que Alvarado quiere simplificar
el terreno en disputa. Es decir, nada conviene más a Alvarado que reducir toda
la batalla electoral en dos actores, en el que -como es lógico- él sería el
primer adversario. El segundo adversario saldría entre el cúmulo de candidatos
que se presentarán a las elecciones regionales. Si Alvarado logra posicionar
esa simplificación del terreno entre él
y otro candidato más habrá ganado el primer round que es adueñarse del sentido
común. En la política, quien logra imponer el campo de batalla tiene la mitad
de esta ganada. De allí que Javier
Alvarado sale de tanto en tanto en los medios de comunicación con un mensaje
que el analista político debe saber interpretar. En el propósito de instaurar
un campo de batalla, Alvarado parte con cierta ventaja: ha sido gobernante
regional. Quizá el logro más significativo hasta ahora es que ya empezaron las
murmuraciones de que “Alvarado se la lleva” o “Alvarado está fuerte”. Si
Alvarado logra que esas murmuraciones tengan asidero entonces la estrategia
política/electoral está alcanzando logros.
Desde luego, para imponer el sentido común y reducir el terreno en disputa, los medios de comunicación son importantes. Este es el segundo nodo a analizar. La construcción de bandos políticos empieza por la constitución de un discurso capaz de emocionar y articular a sectores diversos de la sociedad. A través de los medios de comunicación Alvarado ya intenta imponer un orden. Quizá un ejemplo de lo que decimos es lo que ocurrió en la campaña pasada cuando Alvarado y Nelson Chui se enfrentaron logrando que el primero –Alvarado- se haga con el gobierno regional. En aquella ocasión Alvarado logró simplificar el terreno en disputa entre él –un joven alcalde de Cañete- versus la corrupción con la que se representó a Nelson Chui. Es decir, Alvarado redujo el terreno de disputa política entre él y la corrupción con nombre propio, Chui. Incluso, Alvarado se atrevió a decir que se llevaría la sede regional hacía Cañete pero eso no impidió que huachanos o huaralinos marquen el Toro, el símbolo de Patria Joven, movimiento de Alvarado. ¿Cómo fue eso posible? Porque en política y en las preferencias electorales existen diversas “claves” o “sentidos” que se construyen y que hacen mover a los electorales. En el caso de Alvarado contra Chui, fue la ilusión de cambio frente a la corrupción.
El tercer nodo a analizar es el papel de los
posibles candidatos. En la política casi siempre existe un momento
“constituyente” que es como un paso antes de las elecciones. Ese momento
constituyente, como hemos dicho, es cuando se construyen las identidades
políticas, se construyen los bandos y se afirman los roles. Tal parece que no
hay ningún candidato que quiera construir un terreno de disputa política
distinto y alternativo al que quiere construir Alvarado. Incluso algunos
futuros candidato, en un acto suicida y absurdo, parece que están cayendo en la
estrategia de Alvarado al considerarlo “fijo”. Desde luego, sería simplista no
considerar la fortaleza de Alvarado, pero aquello no implica entregarle el
terreno a disputar y la capacidad para que asigne los roles.
Este es el momento constituyente para la
construcción de un nuevo terreno político diferente al que quiere construir e
imponer Alvarado o cualquier otro candidato. Solo se debe tener la enorme
capacidad para construir una identidad política que sea capaz de emocionar. La
clave está en la teoría y en la acción. (Javier Iván Arenas)
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