Susana
Matute Charún cumple la tarea de aterrizar a la realidad el Plan Nacional de
Desarrollo para la Población Afroperuana (Plandepa), de asegurar con cada
sector y nivel de gobierno el diseño de actividades que garanticen a las
mujeres y hombres afroperuanos de nuestro país una vida plena, sin racismo ni
discriminación en ningún aspecto de su existencia.
No
es nada sencillo lo que quiere lograr. Ella se ha propuesto influir en el
imaginario de la gente desde el Estado, como funcionaria pública, pues sabe que
puede modificar la visión estigmatizada que existe en el Perú sobre la
población negra. Por esa razón, afirma, su dirección es participativa.
Susana,
que durante la década de los 80 fue una activista importante del movimiento
negro en el país, sabe lo que es trabajar con la sociedad civil. En su caso,
con las 56 agrupaciones afroperuanas ubicadas a lo largo de la costa, desde
Tumbes hasta Tacna, y que están registradas por el Ministerio de Cultura.
“Para
nosotros es fundamental validar con ellas las políticas que diseñamos, lo
hicimos para elaborar el Plandepa, lo haremos siempre porque consideramos que
el Estado tiene que responder con realismo a las demandas de los afroperuanos
pospuestas durante tantos años”, señala.
Hija
de una trabajadora del hogar, que luego fue empleada del Estado, y de un
estibador, Susana tuvo conciencia de la diferencias en Lima, cuando dejó la
escuela de Cañete, la tierra de su madre, para mejorar su instrucción en un
colegio privado. Allí, recuerda, sus compañeras de aula, dos morenas de
cabellos un poco lacios, la trataban de “negra”.
“Me
cansé de ser la excepción en todos los espacios en los que empecé a participar.
Pero lo curioso es que en el colegio como en la universidad también tomé conciencia
de mi situación de privilegio. Accedí a una formación escolar privada y a la
universidad, como pocos de mi gente en Cañete y de otros lugares del país,
afrodescendientes”, comenta.
Educación
y compromiso
Esta
mujer de voz gruesa y sonrisa fácil, estuvo antes en el Ministerio de
Educación, fue profesora y directora escuelas públicas hasta que renunció al
magisterio para buscar otras oportunidades de trabajo. Pero retornó a la
institución como integrante de la Dirección de Educación Básica Alternativa
Intercultural Bilingüe y Servicios Educativos en el 2014.
Ella
es educadora, egresada de las aulas de La Cantuta, y hasta el día de hoy
conserva su naturaleza iconoclasta y su capacidad de hacer docencia. Así, como
parte de ese equipo en los dos años y medio que estuvo, establecieron un
calendario cívico escolar para conmemorar la cultura afroperuana.
La
fecha de nacimiento de don Nicomedes Santa Cruz, artista y promotor de la
memoria de los afrodescendientes, fue la elegida para celebrar cada año el
acervo negro del Perú: el 4 de junio. Mientras que el 3 de diciembre lo
escogieron para celebrar la abolición del esclavismo, y el 27 de mayo, la lucha
contra toda forma de discriminación.
Compromiso
eterno
Susana
trabaja con un equipo de jóvenes comprometidos en acabar con esa enfermedad
perniciosa, que es el racismo, cuenta. Lo que la conforta y la anima a
continuar es su labor evangelizadora de poner el Plandepa en manos de las
autoridades para que se las “jueguen por la comunidad afrodescendiente”, que
representa el 10% de la población, dice.
“Ser
una servidora pública y dirigir, me da la posibilidad de dar respuesta y buscar
soluciones a problemas por décadas postergados, a pesar de que trabajar en el
Estado es un reto a la creatividad”. Retroceder nunca, rendirse jamás.
Hoja
de vida
Se
formó como profesora de Ciencias Sociales, con especialización en Psicología,
en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle – La Cantuta.
Desde
junio del 2016 trabaja en el Ministerio de Cultura, y se ha propuesto
actualizar el Mapa Geoétnico, que muestra que Piura e Ica son las regiones con
mayor concentración de población afroperuana. (El Peruano – Susana Mendoza)
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