Todo
iba bien, salíamos al cine, a comer, a pasarla muy bien, cuando de pronto dejó
de llamarme y responder de inmediato mis mensajes en WhatsApp
Por:
Magaly Moro.
Ramiro
(25 años, Santa Anita). Doctora, lo que acabo de vivir no se lo deseo a nadie.
No he contado a mis amigos mi penosa experiencia. Hace tres meses terminé con
Juliana, una cachimba a quien conocí en la universidad. Yo estaba en tercer año
en la carrera de Ingeniería de Sistemas. Recuerdo que coincidimos en un taller,
platicamos y hubo química. A las dos semanas comenzamos a salir y tiempo
después se convirtió en mi enamorada.
Todo
iba bien, salíamos al cine, a comer, a pasarla muy bien, cuando de pronto dejó
de llamarme y responder de inmediato mis mensajes en WhatsApp. Llevábamos dos
semanas en esa situación y al principio creí que era por los exámenes, pero no.
Cuando le propuse ir al sur para pasar un fin de semana en la playa, ella me
rechazó. Comenzó a buscar excusas y decirme que no podía verme seguido; luego
me confesó que debía ir a Cañete por tres semanas. Me quedé sorprendido y le
pregunté si podía ir con ella, pero su respuesta me dejó más que impactado.
“No
puedes ir. Estaré con Silvia, mi prima”. Pasaron los días y no recibía ninguna
noticia de ella, hasta que comencé a indagar las redes sociales y encontré una
imagen donde había sido etiquetada en Facebook. Me quedé helado cuando la vi
abrazando a otro chico. Sentí una gran decepción y ganas de llamarla, pero me
controlé. Cuando ella regresó de Cañete, no sabía cómo decirme para terminar,
así que fui yo quien acabó con la relación.
Juliana
me hizo creer que me quería y que debía esperarla. Me rompió el corazón y desde
entonces no he vuelto a ser el mismo. ¿Qué hago, doctora?
OJO
CONSEJO:
Comprendo
tu molestia, es parte de su inmadurez. Tómalo como una experiencia y ten más
cuidado y cautela de la siguiente persona que te enamores. Suerte.
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