La compañía estadounidense Fall Creek, pionera
en el mundo en el desarrollo de material genético de arándanos para zonas
cálidas, comenzará a producir plantines in vitro [de laboratorio] del berry en
el Perú. Con dicha apuesta, que cambiará el modelo de negocio actual de la
firma basado en importación, mira más allá del mercado peruano.
De hecho, proyecta exportar en cuatro años
asegura Ricardo Polis, director regional de la compañía para América del Sur
desde febrero pasado. El también presidente de la Asociación de Gremios
Productores Agrarios del Perú (AGAP) explica a Día1 cuál es la estrategia de
crecimiento de la firma en nuestro país y perfila las oportunidades y riesgos
de mercado del superalimento, del que nuestro país exportó el año pasado US$361
millones.
Hace siete años, el Perú estaba fuera del
mapamundi de producción de arándanos. Hoy es el jugador número dos. ¿Cuánto y
cómo ha evolucionado el negocio local de Fall Creek en ese sentido?
Fall Creek llegó al Perú hace seis años y hace
4 vimos que nuestro país podía ser un territorio productor de arándanos [en el
mundo] y decidimos invertir en un vivero en Quilmaná [Cañete], que posee una
capacidad de producción de 12 millones de plantas. En ese momento, el negocio
era importar los plantines y aquí se les daba el servicio de engorde. Ese
modelo es bueno, pero está sujeto a un proceso de cuarentena que no hace tan
flexible la movilización de las plantas. Con el tiempo, el país ha demostrado
tener condiciones para obtener alta productividad y una demanda continua de
arándanos. Por eso, cambiamos el modelo de negocio y ahora importamos plantas
in vitro, que pasan por una cuarentena de 1 año versus los 16 meses de los
plantines. Este es nuestro modelo de negocio hoy. El próximo paso es tener
nuestro propio laboratorio.
¿Cuánto proyectan invertir en esta nueva
infraestructura?
No hay una cifra final, porque estamos viendo
si tomaremos servicios [de terceros] o construiremos un laboratorio propio o
ambos. De todas maneras, estará definido a fin de año.
¿Cuántas plantas han vendido este año en el
Perú?
Casi 11,5 millones, de los cuales un 50% es
importado como plantín y otro 50% como material in vitro. A medida que pase el
tiempo, van a ser más plantas in vitro que importadas.
¿Podrían crecer más?
Todos los mercados tienen un límite. En el
Perú, hay 5.500 hectáreas de arándanos plantadas. Este año estimamos que se van
a instalar unas 3.000 ha más, de las cuales 2.500 son nuestras, entre peruanas
e importadas de fuente americana o española [de viveros propios].
El hecho de invertir en un laboratorio, ¿cómo
los posiciona a nivel regional y mundial? ¿Están planeando exportar?
Ese es el plan. Las plantas duran 12 a 15 años.
Como país, no podemos todos los años plantar 2.500 hectáreas, porque los
mercados se saturan. Pero nuestro objetivo es que el Perú sea una fuente de
exportación de plantas hacia todo el mundo. Por las condiciones climáticas que
tiene, [el Perú] posee ciclos de producción más cortos que nuestras otras
sedes. Colombia, Chile y Argentina van a ir demandando. También podríamos
abastecer el recambio de plantas de Chile y el Perú. Y estamos pensando en
desarrollar variedades para estas latitudes.
¿De qué tipo?
En el Perú se ha sembrado mucha Biloxy, cuyo
predominio se ha reducido en el último año con la Ventura, que representa el
40% del área hoy. Es una variedad de mayor calibre y más homogénea, de alta
productividad, que reduce los costos de cosecha. Además, estamos desarrollando
otro grupo de variedades con mejores características, de mayor productividad y
mejor experiencia organoléptica. Ese paquete lo vamos a soltar de aquí a fin de
año.
¿Qué medidas están tomando para exportar desde
nuestro país?
Lo primero que haremos es instalarnos aquí [con
la producción de plantines in vitro] para abastecer al Perú. Eso va a durar 18
meses. Hemos comenzado a hablar con el Servicio Nacional de Sanidad Agraria
(Senasa) para iniciar los trámites de exportación a los diferentes países que
queremos llegar, como Argentina y Chile y, por qué no, Sudáfrica y EE.UU. Si
bien tenemos sedes en EE.UU. y España, si la demanda en Europa aumenta, una
fuente [para ese destino] puede ser el Perú. Así como estamos importando de
EE.UU. y España, nos gustaría poder enviar nuestras plantas a clientes
globales.
Mencionó a Colombia. ¿Cuál es el potencial de
este mercado en arándano?
Por efecto de la pacificación [del Acuerdo de
Paz con las FARC en el 2016], el Gobierno [colombiano] prometió mucho trabajo.
Entonces, Colombia está buscando copiar el modelo peruano, de una manera un
poco más agresiva en temas tributarios.
¿Les gustaría establecerse allí?
Lo que nos interesa es poder exportar a esas
zonas desde el Perú, si logramos que las autoridades colombianas acepten
nuestras plantas. [Lograrlo] está muy cerca. Tenemos tres o cuatro años para
trabajar en este proceso de exportación. Creemos que el Perú va a ir plantando
y reponiendo arándanos en cuatro años y cuando llegue un punto de solo
renovación, en vez de tener capacidad ociosa, se podría comenzar a exportar
plantas al mundo.
¿Hay un techo de exportación desde el Perú?
El mercado del arándano es todavía enorme. El
75% del consumo mundial está en Norteamérica, en EE.UU. y Canadá. De ese
consumo, el 80% está en el 20% de la población. En Europa, el consumo per
cápita es bajísimo y la demanda crece al 25% cada año.
En el 2014, uno de los propietarios de Fall
Creek estuvo en el Perú y observó que el Perú estaba creciendo rápido, sin
validar zonas ni variedades. ¿Se siguen cometiendo estos errores aquí?
En el camino hay varios muertos. Un dicho
antiguo de los agricultores antiguos es “pampa y potro, que lo amanse otro”.
Entonces, conozco varios casos de gente que plantó y le fue mal, porque no
tenía el conocimiento. No había historia de cómo trabajar los arándanos. Hoy es
mucho más fácil y atractivo para los medianos productores invertir en este
producto. En efecto, en el último año vemos que comienzan a entrar al negocio
empresas medianas, de 50 a 100 hectáreas.
¿De qué se tienen que preocupar los productores
arandaneros peruanos?
De conseguir variedades de alta productividad y
buena calidad. Quizá no la mejor calidad, pero que sean viajeras, que puedan
llegar a Asia. Además, hay que unirse para fomentar el consumo. Los mercados
tienen un límite, pero se pueden fomentar en la medida que se hagan campañas
publicitarias. En los arándanos todavía hay mucho por hacer. El Perú, en el
caso de la palta, se ha unido para hacer promociones en el resto del mundo.
Seguir ese mismo modelo sería ideal.
Acaban de adquirir un laboratorio y vivero en
Holanda para atender Europa del norte. ¿Buscan seguir ampliando sus
operaciones? ¿Cuál es su visión de Asia?
Es un mercado superinteresante. Ya hemos ido a
observar y estamos yendo a Asia Fruit Logística para hablar con clientes y
productores. Hay que estudiarlo [el mercado] y entender cuál es el impacto de
establecernos [allí]. Hoy estamos en 5 países. ¿Por qué no estar en 7 u 8? En
cuanto al consumo, hay que buscar el sabor, la consistencia y el tamaño de la
fruta. Perú tiene que trabajar fino en tener esa fruta y que llegue bien. (Manuela
Zurita 06.08.2018 / 08:30 am EC)
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