Si pienso en la última vez que grité. posiblemente recuerde una situación molesta que me llevó a alzar la voz. Pero, la verdad, eso no es propiamente un grito. O, bueno, puede ser, pero no un grito grito.
Gritos, los de la niñez. Gritos en la calle, en el patio de recreo, en la playa, en el campo. Gritos a alguien que está lejos. Gritos por las puras ganas de cortar el espacio con un grito. Rico grito, no de miedo ni de cólera, por el puro gozo de exhalar la voz a toda potencia, de llegar muy lejos.
¿Hace cuánto que no gritan así? ¿Mucho tiempo? En tal caso, tengan cuidado antes de gritar, no vaya a ser que sufra algún desgarro la garganta.
Recuerdo ahora el excelente cuadro de Munch, “El grito”. Se lo robaron hace como un año, después apareció tirado como si fuese un desperdicio. Habrá que ver tal afrenta. Entre nosotros, el pintor croata y peruano Darko Dovidjenko, Dare, hizo un grabado extraordinario integrando el Grito de Munch a un paisaje limeño, cuando cae la tarde y el cielo se revuelve al presentir la llegada de las sombras, y grita con hondura.
SEGUNDA LLAMADA. Son las 11:30 p.m., debería estar durmiendo, pero acabo de llegar de trabajar donde la Sra. Sofía Rodríguez, la editora digital de mis libros. Tengo una buena noticia: Traigo un USB con el libro EL CUY, todas sus aventuras. Acabamos de terminarlo, ya hablé con Benjamín Corzo, se lo llevaré a las 7:00 a.m., y un rato después pasará a la imprenta. Entonces, reitero mi invitación a la presentación del Cuy, este viernes 27, a las 8:30 p.m., mejor si llegan un poco más temprano, ven la Feria del Libro, que se inaugura con esta actividad, y luego ven la exposición del Cuy, por sus 30 años. Desde mañana trabajaré en eso, recién, sólo he estado haciendo el libro en estos días. Lo presentarán Rafo León y Fernando de Szyszlo. El Cuy está feliz.
Gritos, los de la niñez. Gritos en la calle, en el patio de recreo, en la playa, en el campo. Gritos a alguien que está lejos. Gritos por las puras ganas de cortar el espacio con un grito. Rico grito, no de miedo ni de cólera, por el puro gozo de exhalar la voz a toda potencia, de llegar muy lejos.
¿Hace cuánto que no gritan así? ¿Mucho tiempo? En tal caso, tengan cuidado antes de gritar, no vaya a ser que sufra algún desgarro la garganta.
Recuerdo ahora el excelente cuadro de Munch, “El grito”. Se lo robaron hace como un año, después apareció tirado como si fuese un desperdicio. Habrá que ver tal afrenta. Entre nosotros, el pintor croata y peruano Darko Dovidjenko, Dare, hizo un grabado extraordinario integrando el Grito de Munch a un paisaje limeño, cuando cae la tarde y el cielo se revuelve al presentir la llegada de las sombras, y grita con hondura.
SEGUNDA LLAMADA. Son las 11:30 p.m., debería estar durmiendo, pero acabo de llegar de trabajar donde la Sra. Sofía Rodríguez, la editora digital de mis libros. Tengo una buena noticia: Traigo un USB con el libro EL CUY, todas sus aventuras. Acabamos de terminarlo, ya hablé con Benjamín Corzo, se lo llevaré a las 7:00 a.m., y un rato después pasará a la imprenta. Entonces, reitero mi invitación a la presentación del Cuy, este viernes 27, a las 8:30 p.m., mejor si llegan un poco más temprano, ven la Feria del Libro, que se inaugura con esta actividad, y luego ven la exposición del Cuy, por sus 30 años. Desde mañana trabajaré en eso, recién, sólo he estado haciendo el libro en estos días. Lo presentarán Rafo León y Fernando de Szyszlo. El Cuy está feliz.
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