Peligrosos delincuentes se disputan las edificaciones del balneario, ubicado en la zona inmobiliaria más exclusiva del país.
Por Miguel Sarria
Asia está de moda. Y no solo en los primeros meses del año, para desfiles de moda, fiestas en lujosos locales y días de playa. El dinero que las inmobiliarias invierten en el principal “point’ del verano ha puesto al balneario en la mira de las mafias de construcción civil. La situación sería inmanejable y los mismos empresarios tendrían considerada esta zona como “tierra de nadie”.
Durante el verano –cuando se llena de visitantes y de cientos de policías– el problema pasa inadvertido. En Asia está prohibido construir durante esa estación por ordenanza del municipio. Los balazos, las muertes y las extorsiones llegan en invierno, cuando se inician las obras. Pocos se atreven a denunciar.
“La situación es caótica. En Asia no tenemos a quién recurrir pues hay muy pocos policías en invierno. Los delincuentes nos extorsionan y no solo piden cupos en las obras locales, sino que exigen que les demos trabajo hasta en los proyectos pendientes en Lima. Si no accedemos, paran las obras para que nos multen. A ello, se suma la amenaza constante a la que somos sometidos”, revela el arquitecto Pedro Péndola, representante de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco). El miedo sería tal, que los ingenieros tienen que laborar con chalecos antibalas.
El dinero que hay de por medio y la cantidad de obras en proyección serían la causa. En Asia, por ejemplo, se tiene programada la construcción de un gran complejo turístico hotelero denominado La Huaca Resort, que contará con casinos, piscinas, playa privada, centro de convenciones, etc. La empresa Revolutions Peru invierte unos 50 millones de dólares en este lugar. Fuentes de la misma compañía confirmaron los problemas que han padecido por los chantajes.
Perú.21 solicitó una entrevista con algún representante de la firma para abordar el tema pero, hasta el cierre de esta edición, no respondieron. Lo mismo ocurrió con el municipio, a quien también le solicitamos su opinión.
Entre otros proyectos pendientes se encuentran las zonas para nuevas casas de playa como Cala del Mar, Costa del Sol, Mirador de Asia, etc., que se levantarán entre el Km 88 y 110 de la Panamericana Sur. Solo aquí se piensa construir 2,500 casas. En tanto, en el mismo Asia, se tiene planeada la edificación de un número similar de viviendas nuevas. Esto, sin contar con los negocios que aún no se concretan.
PELIGRO. Todas estas inversiones habrían despertado el interés de los mafiosos. Estos delincuentes habrían tomado la zona y no permiten el ingreso de los gremios formales, inscritos en el Ministerio de Trabajo. Vicente Aponte, dirigente afiliado a la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP), confirma la situación.
“Nosotros no podemos ingresar. Aquí hay mafias que operan libremente y que son dirigidas por delincuentes muy peligrosos. La situación es muy similar a la del Callao, donde nuestro gremio, la CTP, no tiene acceso. Por lo que sabemos, lo mismo ocurre con el otro sindicato reconocido –La Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), presidida por Mario Huamán–. Ellos tampoco pueden trabajar en Asia”, comenta Aponte.
Lo que viene ocurriendo en el balneario sería una prueba más de que el problema se ha generalizado. Según información de Capeco, habrían otras playas del sur que también están en la mira. Entre ellas se encuentran San Pedro, Pucusana, Naplo y San Bartolo.
DETRÁS. Las obras de Asia estarían controladas por sindicatos informales que se hacen llamar “de desocupados’. En este caso, detrás de todo –refieren las fuentes policiales– estaría la gente del peligroso secuestrador Jacinto Aucayari Bellido, “Cholo Jacinto’. Este criminal fue trasladado hace unos meses al penal de Challapalca, en Puno, luego de que Inteligencia del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) confirmara su incursión en el “negocio’ de la extorsión.
Sin embargo, el hampón se las habría arreglado para coordinar todo en Asia a través de un sujeto conocido con el alias de “Coqui’. Se trata del lugarteniente de “Cholo Jacinto’. Este último, desde prisión, estaría invirtiendo dinero para trasladar gente de los barrios más álgidos del Callao y de San Martín de Porres.
En las edificaciones, estos sujetos exigen que se les contrate. Los más avezados fungen como agentes de seguridad o “chalecos’. Otros, que sí se desempeñan como albañiles, son colocados por el seudosindicato en las obras a cambio de un porcentaje semanal de lo que reciben como pago. Los obreros son instalados durante los meses de construcción en precarias viviendas, en el asentamiento humano ubicado frente al bulevar.
Ahora, no sería el único gremio que opera en esta exclusiva zona de veraneo. La pugna por las obras sería con el grupo presidido por el ex convicto por robo en banda Augusto Ramos Dolmos. Este dirigente tiene una base instalada en Cañete, según información de la PNP. El hombre, en más de una ocasión, ha sido relacionado con actos vandálicos y con crímenes de afiliados a otros sindicatos de Lima.
Asia está de moda. Y no solo en los primeros meses del año, para desfiles de moda, fiestas en lujosos locales y días de playa. El dinero que las inmobiliarias invierten en el principal “point’ del verano ha puesto al balneario en la mira de las mafias de construcción civil. La situación sería inmanejable y los mismos empresarios tendrían considerada esta zona como “tierra de nadie”.
Durante el verano –cuando se llena de visitantes y de cientos de policías– el problema pasa inadvertido. En Asia está prohibido construir durante esa estación por ordenanza del municipio. Los balazos, las muertes y las extorsiones llegan en invierno, cuando se inician las obras. Pocos se atreven a denunciar.
“La situación es caótica. En Asia no tenemos a quién recurrir pues hay muy pocos policías en invierno. Los delincuentes nos extorsionan y no solo piden cupos en las obras locales, sino que exigen que les demos trabajo hasta en los proyectos pendientes en Lima. Si no accedemos, paran las obras para que nos multen. A ello, se suma la amenaza constante a la que somos sometidos”, revela el arquitecto Pedro Péndola, representante de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco). El miedo sería tal, que los ingenieros tienen que laborar con chalecos antibalas.
El dinero que hay de por medio y la cantidad de obras en proyección serían la causa. En Asia, por ejemplo, se tiene programada la construcción de un gran complejo turístico hotelero denominado La Huaca Resort, que contará con casinos, piscinas, playa privada, centro de convenciones, etc. La empresa Revolutions Peru invierte unos 50 millones de dólares en este lugar. Fuentes de la misma compañía confirmaron los problemas que han padecido por los chantajes.
Perú.21 solicitó una entrevista con algún representante de la firma para abordar el tema pero, hasta el cierre de esta edición, no respondieron. Lo mismo ocurrió con el municipio, a quien también le solicitamos su opinión.
Entre otros proyectos pendientes se encuentran las zonas para nuevas casas de playa como Cala del Mar, Costa del Sol, Mirador de Asia, etc., que se levantarán entre el Km 88 y 110 de la Panamericana Sur. Solo aquí se piensa construir 2,500 casas. En tanto, en el mismo Asia, se tiene planeada la edificación de un número similar de viviendas nuevas. Esto, sin contar con los negocios que aún no se concretan.
PELIGRO. Todas estas inversiones habrían despertado el interés de los mafiosos. Estos delincuentes habrían tomado la zona y no permiten el ingreso de los gremios formales, inscritos en el Ministerio de Trabajo. Vicente Aponte, dirigente afiliado a la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP), confirma la situación.
“Nosotros no podemos ingresar. Aquí hay mafias que operan libremente y que son dirigidas por delincuentes muy peligrosos. La situación es muy similar a la del Callao, donde nuestro gremio, la CTP, no tiene acceso. Por lo que sabemos, lo mismo ocurre con el otro sindicato reconocido –La Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), presidida por Mario Huamán–. Ellos tampoco pueden trabajar en Asia”, comenta Aponte.
Lo que viene ocurriendo en el balneario sería una prueba más de que el problema se ha generalizado. Según información de Capeco, habrían otras playas del sur que también están en la mira. Entre ellas se encuentran San Pedro, Pucusana, Naplo y San Bartolo.
DETRÁS. Las obras de Asia estarían controladas por sindicatos informales que se hacen llamar “de desocupados’. En este caso, detrás de todo –refieren las fuentes policiales– estaría la gente del peligroso secuestrador Jacinto Aucayari Bellido, “Cholo Jacinto’. Este criminal fue trasladado hace unos meses al penal de Challapalca, en Puno, luego de que Inteligencia del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) confirmara su incursión en el “negocio’ de la extorsión.
Sin embargo, el hampón se las habría arreglado para coordinar todo en Asia a través de un sujeto conocido con el alias de “Coqui’. Se trata del lugarteniente de “Cholo Jacinto’. Este último, desde prisión, estaría invirtiendo dinero para trasladar gente de los barrios más álgidos del Callao y de San Martín de Porres.
En las edificaciones, estos sujetos exigen que se les contrate. Los más avezados fungen como agentes de seguridad o “chalecos’. Otros, que sí se desempeñan como albañiles, son colocados por el seudosindicato en las obras a cambio de un porcentaje semanal de lo que reciben como pago. Los obreros son instalados durante los meses de construcción en precarias viviendas, en el asentamiento humano ubicado frente al bulevar.
Ahora, no sería el único gremio que opera en esta exclusiva zona de veraneo. La pugna por las obras sería con el grupo presidido por el ex convicto por robo en banda Augusto Ramos Dolmos. Este dirigente tiene una base instalada en Cañete, según información de la PNP. El hombre, en más de una ocasión, ha sido relacionado con actos vandálicos y con crímenes de afiliados a otros sindicatos de Lima.
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