Vestidos con atuendos militares y provistos de ametralladoras, cohetes instalaza y un tanque oruga, todo elaborado con material reciclado, más de 300 internos del penal de la provincia limeña de Cañete participaron en el desfile cívico organizado por el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe).
En esta ceremonia, que emula la Parada Militar del 29 de julio, los internos olvidaron su encierro y llenos de orgullo lucieron los uniformes de la Marina, Fuerza Aérea y Ejército en el patio principal del establecimiento penitenciario.
“Los internos se las ingeniaron para reproducir un tanque blindado muy real. Fue impresionante. Usaron un triciclo, le colocaron un pequeño motor para imitar el ruido y cargaron el cañón de artillería con fuegos artificiales que dispararon picapica”, comentó una autoridad penitenciaria.
Igualmente, los creativos "soldados" convirtieron sus pequeñas pistolas de juguete en fusiles tipo AKM uniéndolas con largos tubos de cañería y pintándolas de color negro. Los cascos militares fueron elaborados con cartón y goma, para luego ser coloreados de verde, marrón y gris. Algunos contaban con ramas de arbustos.
Con paso marcial, los reos desfilaron ante el estrado oficial, desde donde el director del penal, Wenceslao Valdivia, felicitó a los participantes en este acto considerado como una actividad que busca reintegrar al interno a la sociedad.
Previo al desfile, un elenco de internos deleitó al público presente con el baile Banderas peruanas, ganador del concurso de danzas organizado en dicho penal.
La población en el penal de Cañete es de 2,600 internos y el recinto cuenta con siete pabellones.
El pabellón número tres, ganador en este desfile, recibió diplomas y medallas.
En esta ceremonia, que emula la Parada Militar del 29 de julio, los internos olvidaron su encierro y llenos de orgullo lucieron los uniformes de la Marina, Fuerza Aérea y Ejército en el patio principal del establecimiento penitenciario.
“Los internos se las ingeniaron para reproducir un tanque blindado muy real. Fue impresionante. Usaron un triciclo, le colocaron un pequeño motor para imitar el ruido y cargaron el cañón de artillería con fuegos artificiales que dispararon picapica”, comentó una autoridad penitenciaria.
Igualmente, los creativos "soldados" convirtieron sus pequeñas pistolas de juguete en fusiles tipo AKM uniéndolas con largos tubos de cañería y pintándolas de color negro. Los cascos militares fueron elaborados con cartón y goma, para luego ser coloreados de verde, marrón y gris. Algunos contaban con ramas de arbustos.
Con paso marcial, los reos desfilaron ante el estrado oficial, desde donde el director del penal, Wenceslao Valdivia, felicitó a los participantes en este acto considerado como una actividad que busca reintegrar al interno a la sociedad.
Previo al desfile, un elenco de internos deleitó al público presente con el baile Banderas peruanas, ganador del concurso de danzas organizado en dicho penal.
La población en el penal de Cañete es de 2,600 internos y el recinto cuenta con siete pabellones.
El pabellón número tres, ganador en este desfile, recibió diplomas y medallas.
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