Maritza Espinoza
¿Cómo es tu relación con 'Rita' (su camioneta)?
'Rita' es la segunda camioneta que tengo. La anterior fue 'Paulina'. Le pusimos así porque era dorada.
¿Y es verdad que el piloto llega a tener un vínculo especial con su vehículo?
Uno se acostumbra. Y yo más, porque soy mecánico y soy quien prepara a 'Rita'.
¿Eres muy celoso con 'Rita'?
Yo no confío en nadie. Solo la puede tocar gente que conozco, pero siempre con mis instrucciones.
¿Te sorprendió que la gente se entusiasmara tanto con el Dakar?
Sí, porque no somos un país de gente que le guste el deporte automotor. Todo el mundo sueña con que sus hijos sean futbolistas y que sean millonarios, ¿no?
¿Y tu padre qué esperaba que fueras?
Mi papá ya falleció. Era suizo y era tornero. A él, en realidad, nunca le gustó que manejara rápido. No le gustaba la velocidad. No arrancaba el carro si no se colocaba el cinturón, trataba de no manejar de noche y no excedía nunca un límite de velocidad.
¿Tú estudiaste para alguna otra cosa?
Yo no tengo una carrera universitaria. Es más, no terminé el colegio. Repetí cuarto de media por faltar mucho, por ir a un taller de un amigo japonés me tiraba la pera. Fui a otro colegio, pero me aburría. Al final, mi papá como que se desentendió de mí y me dijo: Bueno, tú ve qué haces. Y para eso yo ya trabajaba, arreglaba motos y ganaba mi plata.
Y la mecánica paga bien, ¿no?
Sí, pero también hay mecánicos malos que ganan bien.
¿Y hay mecánicos honestos?
Sí, pero son muy pocos. Yo conozco la mecánica de abajo hacia arriba, de derecha a izquierda. Por eso es que no confío en nadie, partiendo de ahí.
Dicen que en cada piloto de carrera hay algo de suicida, por eso el hecho de jugar con la muerte.
En realidad todos lo tenemos, pero cada quién a cierto nivel. Igual de suicida es aquel que se va a una reunión, se embriaga y sale a manejar. Obviamente en el piloto lo que existe es más el afán de alcanzar la máxima velocidad. Uno siempre busca los límites.
Y de ahí viene el tema de vínculo con tu vehículo, ¿no? Puedes sentir cómo funciona.
Claro, pero no todos los pilotos son mecánicos. Existen pilotos que no saben nada más que entregar la llave y se van a descansar. Ahora que hemos ido al Dakar, sí hemos llevado mecánicos.
En estos siete años que estás en el mundo de las carreras, ¿ha habido algún momento en el que has visto la muerte de cerca?
No, no, no. En esto de los carros es bien difícil morirse.
¿Te hubiera gustado correr en África?
Sí, por la arena. Nosotros acá en Lima, si bien el deporte automotor no ha crecido mucho, lo que se está desarrollando bastante es el off road, y este, como deporte, involucra sobre todo la arena. Uno se va a San Bartolo, Chilca, Asia, Pisco, Ica, Nasca y todo es arena. El límite lo ponen las dunas de arena y siempre el vacilón entre pilotos es buscar el hueco o el cerro más difícil y nos podemos quedar dos horas tratando de subir un cerro hasta lograrlo.
¿Y piensas dejar a 'Rita' alguna vez?
Sí, posiblemente. Ya con la experiencia de este Dakar, para el próximo año pienso armar algo más competitivo. Tal vez nuevo, dependiendo de la marca que nos auspicie. Pero si no, algo más nuevo que 'Rita', que es del 2008.
¿Y es muy costoso un vehículo de estos?
Por ejemplo, 'Rita' cuesta como cuarenta mil dólares. El próximo año quiero ir con un carro más preparado, más competitivo, que resista más.
Me imagino que después de la competencia hay gente que te la quiere comprar…
De repente, pero no, no me provoca venderla. La otra camioneta, 'Paulina', la tengo y la tendré por años. Es que toda mi historia está ahí. Digamos que es una exhibición andante de nuestro esfuerzo y evolución. Además conviene tenerla porque sirve de backup.
¿Y has sentido un poco esa aura de estrella que tienen los pilotos? Las chicas mueren por tener un novio piloto.
Sí, pero en realidad eso no pasa por mi vida. Yo soy bien parco. Pero al margen de eso, digamos que soy exitoso recién desde el año pasado y no sé qué pasará más adelante. Tampoco es que sea el galán de nada… ni pretendo ser un Mario Hart, por decirlo. A mí no me gusta ser ese tipo de figureti, y si yo veo y valoro algo en una mujer son cosas que van más allá de lo que puedes encontrar en la farándula. Definitivamente, ese no va a ser mi destino jamás.
¿No se te ocurriría, por ejemplo, estar en un reality show bailando?
No, jamás, para bailar soy pésimo.
La ficha
Mi nombre es Diego Weber Rodríguez. Tengo 37 años. Soy casado. Tengo dos hijas, de 8 y 5 años, y un hijo, Mateo, de 2, que es un “loco carrito”. Soy mecánico y empresario de autopartes, pero mi hobbie es ser piloto. Junto a Alonso Carrillo, mi copiloto, hemos ganado el Caminos del Inca y el rally del ACP en categoría camionetas (quedamos segundos en la general). En 4x4 somos campeones nacionales por cuarto año consecutivo.
http://www.larepublica.pe/30-01-2012/en-esto-de-los-carros-es-bien-dificil-morirse
¿Cómo es tu relación con 'Rita' (su camioneta)?
'Rita' es la segunda camioneta que tengo. La anterior fue 'Paulina'. Le pusimos así porque era dorada.
¿Y es verdad que el piloto llega a tener un vínculo especial con su vehículo?
Uno se acostumbra. Y yo más, porque soy mecánico y soy quien prepara a 'Rita'.
¿Eres muy celoso con 'Rita'?
Yo no confío en nadie. Solo la puede tocar gente que conozco, pero siempre con mis instrucciones.
¿Te sorprendió que la gente se entusiasmara tanto con el Dakar?
Sí, porque no somos un país de gente que le guste el deporte automotor. Todo el mundo sueña con que sus hijos sean futbolistas y que sean millonarios, ¿no?
¿Y tu padre qué esperaba que fueras?
Mi papá ya falleció. Era suizo y era tornero. A él, en realidad, nunca le gustó que manejara rápido. No le gustaba la velocidad. No arrancaba el carro si no se colocaba el cinturón, trataba de no manejar de noche y no excedía nunca un límite de velocidad.
¿Tú estudiaste para alguna otra cosa?
Yo no tengo una carrera universitaria. Es más, no terminé el colegio. Repetí cuarto de media por faltar mucho, por ir a un taller de un amigo japonés me tiraba la pera. Fui a otro colegio, pero me aburría. Al final, mi papá como que se desentendió de mí y me dijo: Bueno, tú ve qué haces. Y para eso yo ya trabajaba, arreglaba motos y ganaba mi plata.
Y la mecánica paga bien, ¿no?
Sí, pero también hay mecánicos malos que ganan bien.
¿Y hay mecánicos honestos?
Sí, pero son muy pocos. Yo conozco la mecánica de abajo hacia arriba, de derecha a izquierda. Por eso es que no confío en nadie, partiendo de ahí.
Dicen que en cada piloto de carrera hay algo de suicida, por eso el hecho de jugar con la muerte.
En realidad todos lo tenemos, pero cada quién a cierto nivel. Igual de suicida es aquel que se va a una reunión, se embriaga y sale a manejar. Obviamente en el piloto lo que existe es más el afán de alcanzar la máxima velocidad. Uno siempre busca los límites.
Y de ahí viene el tema de vínculo con tu vehículo, ¿no? Puedes sentir cómo funciona.
Claro, pero no todos los pilotos son mecánicos. Existen pilotos que no saben nada más que entregar la llave y se van a descansar. Ahora que hemos ido al Dakar, sí hemos llevado mecánicos.
En estos siete años que estás en el mundo de las carreras, ¿ha habido algún momento en el que has visto la muerte de cerca?
No, no, no. En esto de los carros es bien difícil morirse.
¿Te hubiera gustado correr en África?
Sí, por la arena. Nosotros acá en Lima, si bien el deporte automotor no ha crecido mucho, lo que se está desarrollando bastante es el off road, y este, como deporte, involucra sobre todo la arena. Uno se va a San Bartolo, Chilca, Asia, Pisco, Ica, Nasca y todo es arena. El límite lo ponen las dunas de arena y siempre el vacilón entre pilotos es buscar el hueco o el cerro más difícil y nos podemos quedar dos horas tratando de subir un cerro hasta lograrlo.
¿Y piensas dejar a 'Rita' alguna vez?
Sí, posiblemente. Ya con la experiencia de este Dakar, para el próximo año pienso armar algo más competitivo. Tal vez nuevo, dependiendo de la marca que nos auspicie. Pero si no, algo más nuevo que 'Rita', que es del 2008.
¿Y es muy costoso un vehículo de estos?
Por ejemplo, 'Rita' cuesta como cuarenta mil dólares. El próximo año quiero ir con un carro más preparado, más competitivo, que resista más.
Me imagino que después de la competencia hay gente que te la quiere comprar…
De repente, pero no, no me provoca venderla. La otra camioneta, 'Paulina', la tengo y la tendré por años. Es que toda mi historia está ahí. Digamos que es una exhibición andante de nuestro esfuerzo y evolución. Además conviene tenerla porque sirve de backup.
¿Y has sentido un poco esa aura de estrella que tienen los pilotos? Las chicas mueren por tener un novio piloto.
Sí, pero en realidad eso no pasa por mi vida. Yo soy bien parco. Pero al margen de eso, digamos que soy exitoso recién desde el año pasado y no sé qué pasará más adelante. Tampoco es que sea el galán de nada… ni pretendo ser un Mario Hart, por decirlo. A mí no me gusta ser ese tipo de figureti, y si yo veo y valoro algo en una mujer son cosas que van más allá de lo que puedes encontrar en la farándula. Definitivamente, ese no va a ser mi destino jamás.
¿No se te ocurriría, por ejemplo, estar en un reality show bailando?
No, jamás, para bailar soy pésimo.
La ficha
Mi nombre es Diego Weber Rodríguez. Tengo 37 años. Soy casado. Tengo dos hijas, de 8 y 5 años, y un hijo, Mateo, de 2, que es un “loco carrito”. Soy mecánico y empresario de autopartes, pero mi hobbie es ser piloto. Junto a Alonso Carrillo, mi copiloto, hemos ganado el Caminos del Inca y el rally del ACP en categoría camionetas (quedamos segundos en la general). En 4x4 somos campeones nacionales por cuarto año consecutivo.
http://www.larepublica.pe/30-01-2012/en-esto-de-los-carros-es-bien-dificil-morirse
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