Salud y educación siempre serán los temas más complejos que, en un país
como el nuestro, y en la Región Lima, suelen quedar relegados en segundos
planos, hasta que nos toca vivir su realidad en carne propia. Por el momento,
la “atención” está en el lado educativo.
En nuestras provincias, ni el gobierno regional, ni los sindicalistas,
ni los padres de familia, podían permanecer aislados a adoptar una posición
frente a la propuesta de reforma magisterial, hoy hecha Ley 29944. Sin embargo,
sus voces no se escucharon, o no se manifestaron.
La realidad lo ameritaba, puesto que hablamos de la situación
profesional y laboral de alrededor de 12 mil maestros (contratados por el
Estado) que “proyectan” sus conocimientos en cerca de 190 mil alumnos en toda
la Región Lima (teniendo a Cañete con el registro de mayores matrículas por
encima de Huaura, Huaral y Barranca).
Existen desde opiniones conciliadoras, propiciadas por especialistas en
diarios como la República y La Primera, hasta opiniones ofensivas y
chantajistas como la que profesa Martha Meier en el diario El Comercio.
Por el lado del Gobierno Regional de Lima, no se ha escuchado ninguna
“sílaba” adherente o excluyente a tan “cuestionada” reforma; salvo que el
presidente Alvarado haya respaldado de manera tácita el apoyo que la Asamblea
Nacional de Gobiernos Regionales en el mes de agosto otorgó a tal norma.
Y esto último, merece ser resaltado, porque la educación peruana está
en manos de estas entidades regionales. A menos que la autoridad regional se
mantenga en el error de pensar que la administración educativa se resume en
concursos de comprensión lectora, en escuelas regionales de fin de semana, o en
la idea de crear academias preuniversitarias a costo cero.
A inercia de la autoridad, la voz de los padres de familia no podía
dejar de “analizar” una reforma que repercutiría en sus propios hijos.
Lamentablemente no existen registros de las federaciones provinciales
en Lima – Provincias (a excepción de la publicitada por la FEDAC), lo más
conocido fue la adhesión pública que la CONFEAPAFAS (a nivel nacional)
entregará a tal legislación, la semana que transcurrió.
En lo que respecta, al lado sindical, el SUTEP de René Ramírez expresó
su rechazo absoluto a tal reforma magisterial, lidiando con el afán
divisionista de un sector de sus miembros, que aún viven molestos por lo que
consideran un “acto de traición” a la suspensión de la huelga indefinida que se
levantó luego de un mes.
El dirigente nacional del SUTEP recientemente en Cañete ha señalado que
lucharán por lograr se declare la inconstitucionalidad de la reforma, convocado
a una movilización este jueves 29 de noviembre; mientras que los “separatistas”
esperan convocar a la mayoría de docentes para elegir a sus “dirigentes”.
Por ello, se puede advertir que este trinomio de la educación (Estado,
docentes y padres de familia) en la Región Lima, al parecer vive divorciado de
la “realidad” que les toca administrar, dejando la “ecuación educativa”
pendiente de solución.
Aunque valgan verdades, una reforma sin presupuesto y sin estrategias
consensuadas, nos harán finos testigos de un episodio más de cambios en la
historia de la educación peruana.
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