En tres locales fuera del
bulevar, los menores de edad toman whisky, ron o vodka desde las 5 p.m.
Por Pamela Sandoval
Cuando cae el sol en el
balneario de Asia, a la altura del km 97,5 de la Panamericana Sur, el
desinterés y el exceso parecen apoderarse de algunos de sus 30 discotecas y
bares. Sobre todo en aquellos que, entre las 5 p.m. y las 4 a.m. violan la Ley
28681, dada en el 2006 y que regula la comercialización y consumo de bebidas
alcohólicas, y permiten que decenas de adolescentes se emborrachen hasta perder
la conciencia dentro o fuera de sus locales.
Asistidos por un corresponsal
escolar de 17 años, El Comercio visitó durante dos fines de semana el
mencionado balneario y corroboró que en tres de seis establecimientos que
permiten el ingreso de menores también se les brinda licor a manos llenas. Se
trata de la licorería Don Pepe, el Bra Bar y la discoteca Libar, en la ruta de
acceso a las playas.
Comerciantes del lugar dijeron
que la venta de licor empieza los viernes, alrededor de las 5 p.m. Apenas cinco
horas después ya suman decenas los jovencitos que, con botellas de whisky, ron
o vodka en la mano, beben directamente de los envases o mezclan sus tragos en
vasos de plástico en plena vía pública. Ni los serenos de la Municipalidad de
Asia, ni la policía que patrulla el balneario a bordo de una camioneta de placa
PL-10496, los interviene. Y los pocos adultos que se dejan ver junto a los
chicos parecen más preocupados en que la juerga continúe que en evitar que los
muchachos pasen percances como caídas o vómitos debido a la intoxicación etílica.
“En el Juanito te venden. Ve
nomás”, sugiere una vendedora de salchipapas a una jovencita que, por su timbre
de voz y apariencia, no tendría más de 16 años. Aunque no hay letrero alguno
con ese nombre fuera del bulevar, es tanta la afluencia de público y tan
abrumadora la oferta de licor que no hace falta seguir recomendaciones. Solo
basta ir donde las risas ansiosas y el ruido de las botellas de vidrio chocando
resuenan más fuertes.
Dentro del bulevar, la
situación es otra. Solo uno de sus 14 centros nocturnos -La Huaka- permitió el
ingreso sin presentación del DNI. No obstante, la venta de licor sí estaba
condicionada a la muestra del documento.
Consultado por este Diario,
José Arias Chumpitaz, alcalde de Asia, reconoció que el frenesí adolescente por
el trago está fuera de control. “He constatado que varios locales cometen estas
faltas y atienden hasta las 6 a.m., cuando el distrito solo permite la venta
hasta las 3 a.m.”, dijo.
Arias, quien opinó que los
locales venden trago a menores porque la multa vigente es de apenas S/.370 (10%
de la UIT), anunció que esta semana cerrarán dos de los comercios más
infractores. “El concejo también aprobó subir la multa a S/.7.400 (dos UIT).
Esperamos la aprobación de la Municipalidad Provincial de Cañete”, explicó.
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