Por Vladimir Alexander Rojas
Hinostroza
Pareciera que el municipio
provincial hubiese aceptado que la gestión del transporte de vehículos menores
(mototaxis) ha llegado a su fin.
Para sepultar tal realidad, su
gerencia ha conminado a las empresas autorizadas a suscribir convenios, dónde
se hagan responsables de las infracciones en que incurran los conductores de
las mototaxis.
Es innegable que la
delincuencia motorizada se ha convertido en una preocupación local; pero en ese
contexto, el municipio no debe promover propuestas que afecten la inversión, y
el rol de las pequeñas empresas locales.
En la actualidad, dichos
empresarios asumen responsabilidad por las infracciones relativas a las
condiciones técnicas de las mototaxis, protección al ambiente, y/o seguridad; y
ello resulta razonable, porque tampoco pueden ofrecer “chatarras” al público.
Pero de ahí, a hacerlos
responsables por un conductor que conduce ebrio, o pega láminas oscuras en sus
ventanas, y otras más que sólo comete un CONDUCTOR, es un despropósito que
lesiona la obligación que tiene el municipio de promover a las empresas, y no
eliminarlas.
La gestión del transporte de
vehículos menores no debe ir por ese camino, no puede resolver el tema haciendo
que alguien pague por el error de otro; o es que acaso, el trabajo de los
inspectores no sirve para nada, o la autoridad no tiene la capacidad para
castigar a los infractores.
Por pensar sólo en la
recaudación, quieren interpretar normas exprimiéndolas como toronjas, en
perjuicio de los propios usuarios, porque una medida así, lo único que
ocasionará es que los infractores se vayan de sus empresas por un tiempo, y
luego regresen a hacer de las suyas con nuestras calles.
Tras la papeleta pagada por la
empresa, se agruparán los malos conductores (sacándole la lengua a las empresas
formales), y operar en horarios dónde los inspectores brillan por su ausencia.
Uno de los problemas de la
gerencia de transportes, es que su gerente y los burócratas están en planilla.
Señores, por qué en la MPC no
se preocupan en poner en planilla a los inspectores, y llamar a estudiantes de
derecho de los últimos ciclos, que con mejor estudio en normas e infracciones,
podrían hacer más que los que ingresan por compadrazgo o por amistad.
Revaloren la labor de
fiscalizar a los transportistas, y fortalezcan la autoridad que deben inspirar
los inspectores, en vez de generar costos a las empresas, y promover el crimen
de malos conductores.
Hasta el día de hoy, la
Municipalidad piensa que sólo debe hacer gestión en obras y desarrollo social,
sin querer hacerlo en transporte y SEGURIDAD VIAL.
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