Por Gonzalo Torres
De chico solía revisar en la biblioteca de mi padre unos libros sobre
la Guerra del Pacífico y lo que más me llamaba la atención eran unas fotos con
lugares de Lima que yo jamás había visto, desde ese momento siempre quise saber
dónde estaban y si aún existían (hoy sé que muchos no, otros fueron
transformados y otros están ahí, igualitos). Mi curiosidad y afán por la
historia habían sido despertados, algún bichito se había quedado prendido ahí.
Desde que trabajo en el programa me he encontrado con cientos de fotos y
grabados de Lima antigua en libros, archivos e internet. Este último espacio es
particularmente útil pues hay grupos que constantemente postean fotos antiguas
y cada miembro participa aportando sus conocimientos, muchos de ellos inéditos.
Así la información y el conocimiento se difunden. Y todo por una foto antigua.
Hace poco estuve en Chincha, en donde pude ver un proyecto liderado por Carlos
Pachas, historiador, y Alejandro Zambrano, comunicador Se trata de una
exposición fotográfica con imágenes antiguas de Chincha, lo cual no tendría
nada de interesante y novedoso sino fuera porque detrás está el afán de
recuperar la memoria histórica de una ciudad cuyos restos monumentales urbanos
han casi desaparecido por completo y sus restos rurales están por hacerlo. Es
también la documentación de la vida social y económica de una región. El
proyecto consiste en buscar archivos, reunirlos, digitalizarlos, enseñarlos,
difundirlos, investigarlos, capacitar gente para que funjan de guías en las
exposiciones. Me imagino sus enormes posibilidades para despertar curiosidades
y generar conciencia histórica sobre todo en jóvenes cuyo mundo es,
primordialmente, el audiovisual. ¿Qué falta? Apoyo estatal y privado, para variar.
Y todo por una foto antigua.
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