Por Mg. Dante  Arboccó 
Quesada.
Asesor Empresarial.
Es normal encontrarnos en la
vida con individuos que encajan perfectamente 
en  esta posición. Personas   normales 
aparentemente, algunas   de ellas
con grandes conocimientos y capacidades pero desgraciadamente subordinadas al
facilismo, otras, la mayoría, viviendo y actuando  todavía en la prehistoria, siguiendo todos
ellos   un patrón de comportamiento
similar, sin valores ni ética y como si todo esto fuera poco , intolerantes,
algo propio de la mediocridad.
Dentro  de este patrón común  podríamos mencionar el de ser serviles con el
poder, no cuestionar  la orden   aun sabiendo que no es la correcta  y dañar a personas que realmente valen con
tal de satisfacer el pedido  del amo  por mezquindad, temor o  abuso personal. 
No cualquiera  puede ser un chupamedia  profesional, para esto se requiere  no tener valores ni respeto por uno mismo y
un egoísmo desmedido, mismo  que le sirve
como escalera para siempre estar pegado 
como sanguijuela  a quien verdaderamente
representa lo que él  nunca podrá
ser  y limitarse a  recoger del piso  con la boca y consecuentemente con  la jeta 
limpiar el mismo, las sobras del que tiene el poder momentáneo,
quien  al rodearse de esta calidad de
gente , lo único que hace es demostrar su grado de MEDIOCRIDAD pero a nivel de
jefatura.
  Están a tu 
alrededor, con sus morfologías diferentes, mayoritariamente fingiendo
ser amigos, unos hombres otras mujeres, algunos son jóvenes, otros viejos, unos
delgados  otros gordos, unos altos otros
enanos, unos usan lentes otros no , unos son más  feos que el carajo  y otros presentables, en fin son parecidos a
la gente  pero no  son ni saben ser gente.
En tu entorno familiar  y social  
esta situación de estar rodeados de este tipo de individuos  se podría 
decir que es manejable hasta cierto punto, el verdadero problema
radica  cuando te los encuentras en el
trabajo,  donde por su insuficiencia  de vivir su tipo de  vida 
rastrera, perjudican a la empresa y consecuentemente al entorno  con el desarrollo  ponzoñoso de su comportamiento mediocre .
Empleados que si bien conocen
la rutina de su trabajo, lo realizan de manera insubstancial a menos  y 
desconocen que su entorno los critica abiertamente por esto, por no
estar actualizados por no tener procedimientos, por no saber ser gente, por no
tener ética ni valores  en fin tantas
cosas más,  lo lamentable es que la
mayoría honesta los reprocha en silencio y en los rincones , por miedo a perder
su puesto laboral lo que es algo entendible también ya que en esta cultura de
comportamiento bizarro , ser honesto, sincero y tener iniciativa es
convertirte  en blanco de los abusos
cobardes y traicioneros  de este grotesco  circulo de individuos.
La forma más  fácil de ubicar este nido de  pequeños seres,  es en las argollas  que se forman en los puestos laborales ,
donde desgraciadamente por esas cosas de la vida, se van haciendo del poder a
costa del servilismo y  del
consecuente   daño que hacen a la empresa
y sus dependientes por su escaso aporte, convirtiéndose en anclas  que desvirtúan  la razón de ser  de la institución en una época de
globalización,  situación que lleva a la
organización en la mayoría de los casos a la quiebra  al generar pésimos resultados  de la visión de la misma   y consecuente  daño de los que de una u otra manera  dependen de ella.
Esta cultura de comportamiento
y proceder equivocado  es la que tenemos
la obligación de erradicar de nuestro país para poder realmente seguir  el camino que por herencia, historia y esfuerzo
nos merecemos.
Toda Sociedad debería ser   más 
grande que estos pequeños seres, imitaciones  torpes 
de gente.
 




 
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