Por Iván Reyna Ramos.
Lunahuaná amanece. Los
cañaverales despliegan su verdor. La geografía –donde hemos llegado-
corresponde a los predios de Paullo (kilómetro 30 de la carretera a Lunahuaná),
ahí donde los jinetes del canotaje saltan al agua y los recolectores de
camarones respetan la talla mayor a los 7 centímetros y llevan adelante
actividades de repoblamiento. “Hace poco capturamos un camarón de 42
centímetros con 450 gramos de peso. Ha sido el ejemplar más grande que se haya
visto en el río Cañete”, comenta José Rodríguez de la Cruz, dirigente de la
Asociación de Recolectores de Camarón de Lunahuaná – Pacarán.
Una delicia de Lunahuaná son
las cremoladas que prepara doña Josefina Sánchez (kilómetro 38). Hay de uva
borgoña, de lúcuma, de guanábana, de fresa, de chirimoya. Y para encender aún
más la esencia de esta tierra, le agrega unas gotas de pisco. Perfecto para
recuperar la vitalidad.
Esta tierra también es
especial para enrumbarse en una cuatrimoto y recorrer las faldas del fundo San
Juan. Unos 40 minutos es suficiente para reconciliarse con la campiña, respirar
aire puro y descubrir formidables historias de vida. Ése es el campo.
Por la tarde es preciso
reencontrarse con los espirituales piscos y vinos. Doña Margarita Candela
Rosado nos engríe en la vitivinícola “El Encanto del Cura”. Luego pasamos por
la bodega “Santa María”. Y finalmente aterrizamos en “Los Reyes”. Sin palabras.
Otro lugar excepcional -entre
los frutales del anexo de Catapalla- es La Confianza, una antigua bodega que
data de 1908. Desde hace cinco años, la familia Zolezzi lo ha convertido en una
de las más fascinantes. El almuerzo se basa en un festival de trucha. Y la cena
en el festival del camarón. Todo es exquisito.
Es hora de seguir río arriba,
y en tan sólo cuatro horas entrar a los predios de Laraos, uno de los 33
distritos de la provincia de Yauyos. Lo que impresiona a primera vista son sus
40 hectáreas de andenes de la época Wari. Y pese a ser preinca -la mayoría-
siguen funcionando. Los larahuinos cosechan quinua, maíz, habas, calabazas y
unas 70 variedades de papas nativas, nada menos.
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