La Navidad es una de las festividades
religiosas más importantes del año. Es una fiesta familiar que celebra la unión
familiar y amical, y el fervor religioso. Los tiempos cambian, sin duda, pero
muchas tradiciones perviven en el Perú, aun cuando algunas costumbres han
quedado en el olvido.
En Lima ya se ha convertido en
costumbre preparar el nacimiento y el árbol, como símbolos de la Navidad. El
árbol viene ahora en variados colores y son adornados con vistosos juegos de
luces y adornos, a gusto de la familia. Muchas de ellas pasan días preparando
sus casas para la reunión.
En esta preparación se incluye
la elaboración de la cena navideña. Se acostumbra ahora comer pavo al horno o
lechón, panetón, brindar con champán o un rico pisco sour y la chocolatada
caliente con clavo y canela. Y a medianoche la celebración incluye bombardas y
fuegos artificiales.
En provincias, cada región
muestra su propio estilo. Algunos se distinguen por sus artesanías o
gastronomía. En el primer caso, mencionamos a Ayacucho donde los artistas
populares muestran sus elaborados retablos. Los hay de todos los tamaños. Es un
trabajo con una gran carga cultural que muestra el sincretismo entre la
religión católica y la cosmovisión andina.
En Cusco, destaca el
tradicional Santurantikuy, que no es una simple feria artesanal, sino una
reunión de la comunidad de artesanos, una muestra de su fervor religioso. En el
Santurantikuy destaca la exhibición del Niño Manuelito, una imagen muy venerada
en Cusco
La tradición dispone que sea a
las 12 de la noche que se ponga al Niño Manuelito en el pesebre Los niños
aguardan para ver colocar a la imagen y así ver la simbolización del
nacimiento.
En la Ciudad Imperial la gente
prepara el lechón y lo acompaña con un vaso de chicha de jora. Después se
acompaña con un pan chapla o guagua, un t pan dulce con forma de niño.
En Piura, destacan los
pesebres norteños elaborados de barro. Destacan las bellas imágenes de cerámica
que muestran representaciones de diversa índole, religiosas, cotidianas,
culturales y familiares. Son escenas únicas, pero las más sobresalientes son la
de corte navideño o religiosas.
La comunidad ashaninka nos
muestra también su tradición navideña. Su representación del nacimiento es muy simbólica
y allí destacan todos los elementos de la selva peruana, en especial los
animales que rodean al niño. Es una fusión cultural importante.
NAVIDAD ANDINA
En los pueblos más pequeños de
la zona andina el sincretismo católico-andino es más fuerte. Por ejemplo, en el
valle de Yanamarca, en la provincia de Jauja, región Junín se escenifica en
esta época del año la danza de la Pachahuara. Los danzantes visten trajes
bordados con hilos de plata y exhiben costosas joyas. Lucen también máscaras de
cuero negro de formas grotescas y desfilan bailando por calles y plazas.
La Pachahuara es una alegoría
a la libertad de los negros en el país, otorgada por el mariscal Castilla en
Huancayo. Otros dicen que la danza expresa la alegría de todos por la Navidad y
el advenimiento de un nuevo año.
Pero en Junín la fiesta de la
Navidad Andina se celebra en todos los pueblos de la región Junín. Se organizan
festivales de danzas folclóricas como el Chacranegro, la Tunantada, los
Negritos, la huaylija, las pastoras, los pastorcitos, corcovado y chutos.
En Huayán, provincia de
Huarmey, región Áncash, se vive también una festividad por el nacimiento del
Niño Dios. En estas celebraciones destaca la escenificación de la danza Los
Negritos de Huayán, reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación en el
2009. La danza es una alegoría a los pobladores de origen africano que vivieron
en la zona. Los Negritos son los portadores de la buena nueva de la llegada del
Niño Dios.
En Huancavelica, figura la
fiesta de la Danza de las Tijeras en honor al Niño Lachocc. Al culminar la Misa
del Gallo se celebra la adoración al Niño en la capilla que se ubica al lado
del cementerio donde, según los relatos, se escapó Jesús para jugar con su
amiguito negro. Como parte del homenaje se realiza el Atipanacuy. Los danzantes
compiten en el atrio de la iglesia de San Francisco.
La danza de Los Negritos, con
sus peculiaridades regionales, se escenifican en diversas regiones como Pasco,
donde se realiza el Festival de los Negritos de Huayllay, que incluye la
adoración de estos personajes al Niño Jesús en el frontis de la iglesia Matriz
de Huayllay, luego se realiza un concurso de danza.
Sin duda, la danza de Negritos
más conocida es la de la Cofradía de los Negritos de Huánuco. Es una fiesta
alegórica que evoca a los esclavos negros que fueron liberados cerca de la
Navidad. Ellos festejan este acontecimiento danzando alrededor de un
nacimiento. La Cofradía de Negritos desfila por las calles de Huánuco luciendo
sus coloridos atuendos hasta llegar a un nacimiento para esperar la llegada del
Niño Dios.
La festividad del Niño Jesús
en Pucará, provincia de Lampa, región Puno, es otra fiesta andina tradicional.
Allí la Navidad se celebra al ritmo de las orquestas musicales que se emplazan
en la Plaza de Armas del pueblo. La mañana del 25 los pobladores llevan en
procesión a la imagen del Niño Jesús y en la tarde se realiza el concurso de
danzas. La fiesta dura 8 días.
Otras fiestas costumbristas se
viven en los pueblos andinos de Moquegua, Tacna, Apurímac, Arequipa y otros.
Por ejemplo, en Apurímac se celebra la fiesta de la Huaylia, en las provincias
de Antabamba y Aymaraes. El nacimiento del Niño Jesús se festeja con arpa y
violín.
Se presentan grupos de
danzantes disfrazados bajo el mando de un jefe llamado trovador. Los danzantes
salen a las calles y muchas veces ocurren que se encuentran con grupos
adversos, entablando luchas y peleas, donde se conocen a los verdaderos
triunfadores de la Navidad. Hay misas, procesiones, fuegos artificiales y un gran
banquete de platos típicos.
En Ucayali, destaca las
Pastoreadas Navideñas. Una estampa costumbrista que tienen su origen en el
siglo XIX. Jóvenes y niños, disfrazados de personajes bíblicos y místicos de la
selva, salen a las calles en busca de los lugares donde se han levantado
nacimientos, emulan al seguimiento a la estrella de Belén. Durante la visita
entregan bocaditos elaborados con productos de la zona.
Con el tambor, redoblante,
silbatos y panderetas, las comparsas danzan y cantan, interpretando villancicos
amazónicos. El recorrido culmina en el nacimiento instalado en la Plaza de
Armas de la localidad.
Por último, en los pueblos de las provincias de la región Lima celebran la Navidad siguiendo su tradición. En el pueblo de Tomas, provincia Yauyos, se celebra con danzas típicas el nacimiento del Niño Jesús. En Canta se realiza la fiesta de Villancicos con la participación de los pobladores.
Estos son algunos ejemplos de
nuestro variado y rico acervo cultural. La Navidad en el Perú se vive de
distintas maneras, pero con la misma devoción religiosa y el mismo espíritu de
unión familiar.
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