En el sismo del 74, Curiosamente, apenas una estación radial funcionó después del sismo: Estrella del Sur de Cañete, que se ubicaba paradójicamente en uno de los lugares donde se sintió con mayor intensidad. (Juvroh)
LOS SISMOS HAN MARCADO LA
HISTORIA Y HAN MOLDEADO EL CARÁCTER DE LOS LIMEÑOS. RECORDEMOS LAS CRÓNICAS MÁS
IMPACTANTES.
Escribe María Fernández A.
Cuentan las páginas de El
Comercio de 1896 que cada vez que ocurría un temblor en la capital, las
campanas de los templos llamaban a oración. “¡Aplaca tu ira, Señor” era el rezo
común de entonces y sigue siéndolo hasta hoy.
Los limeños puede que estén
acostumbrados a los sismos, pero siempre han vivido atemorizados por ellos.
Nada encarna mejor nuestro miedo que el culto al Señor de los Milagros, que
también representa un antiguo mestizaje limeño, pues es la fusión del dios
Pachacámac con el Cristo traído por los españoles. La huaca que cobijaba al
ídolo fue el oráculo más importante de su época y, según cuentan historiadores, la imagen otorgaba protección
ante los temblores.
SISMOS EN EL PAPEL
Tal vez el primer gran
terremoto cubierto por El Comercio fue el del 24 de mayo de 1940. Ese día, se
dejaron de lado los titulares que daban cuenta del caos bélico en el mundo y se
dedicaron a registrar los hechos de este movimiento telúrico de 8,2 grados en
la escala de Richter que, según relata la portada del Diario, tuvo como epicentro
al puerto del Callao.
“Al irse la electricidad en
toda la capital, el tráfico de los tranvías se suspendió. Asimismo, las líneas
telefónicas colapsaron”, informó el periódico. El Club Nacional, el hotel
Bolívar, la Iglesia de la Merced y el edificio de la penitenciaría quedaron
severamente afectados. En el Callao, las zonas más críticas fueron la Plaza del
Mercado, el Real Felipe, Bellavista y el edificio del correo.
Ante tanta desgracia, la ayuda
no se hizo esperar. Las colonias extranjeras acudieron con donaciones en
efectivo, lo mismo hizo la Municipalidad de Lima, la cual organizó una gran
colecta pública.
Años después, el 17 de octubre
de 1966, la tierra volvió a temblar en horas de la tarde, lo cual generó aun
más caos, dado que la mayoría de personas estaban en sus trabajos.
Los cronistas de El
Comercio retrataron así lo
sucedido: “A todo lo largo del Paseo de
la República, los edificios empezaron a ondularse violentamente, haciendo
estallar los cristales de sus ventanas. El Estadio Nacional sufrió
desprendimientos de algunos aleros, así como la rotura de numerosas lunas”.
Radio El Sol cumplió un rol
importante al transmitir los mensajes de familiares durante los momentos de
angustia.
RECUENTO DE DAÑOS
El epicentro del terremoto de
1966 estuvo 40 kilómetros mar adentro, frente a las costas de Chancay y Huacho.
Consta en las crónicas periodísticas que gran parte del malecón de Chorrillos,
frente a la playa Agua Dulce, quedó destruido. La Iglesia Matriz del Callao
también quedó reducida a escombros cuando cientos de fieles se encontraban en
su interior rezando. Las lunas del aeropuerto Jorge Chávez, inaugurado un año
atrás, se vinieron abajo.
Señala el archivo que en el
sismo del 74, un dentista del otrora Hospital del Empleado se lanzó desde un
tercer piso preso del pánico, pero solo se fracturó una pierna. Curiosamente,
apenas una estación radial funcionó después del sismo: Estrella del Sur de
Cañete , que se ubicaba paradójicamente en uno de los lugares donde se sintió
con mayor intensidad. Desde aquel año, hemos entrado a un silencio sísmico
preocupante.
PROFECÍAS, MIEDOS Y CIFRAS
SANTA ROSA NO LO DIJO
Varias personas le atribuyen
una profecía apocalíptica a Santa Rosa de Lima: cuando suceda un gran terremoto
los “barcos encallarán en la Plaza de Armas”. Los historiadores creen que la
leyenda quizá se remonta a las ‘alumbradas’, beatas de la época que pretendían
ganar fama haciéndose las místicas. Curiosamente, Isabel Flores de Oliva, como
se llamaba la santa, nació en 1586, año en que un sismo y tsunami azotaron la
capital.
PREDICCIONES EXTRANJERAS
Tal vez los parlanchines más
recordados son los sismólogos estadounidenses Brian Brady y William Spence. En
enero de 1981 pronosticaron que un terremoto de 9,9 grados sacudiría Lima. *El
Comercio* siguió la noticia con gran interés, dedicó varias portadas e incluso
tuvo como enviado especial a Óscar Miró Quesada Cantuarias. Finalmente, la
teoría fue rechazada y la comunidad científica estadounidense se disculpó.
FE EN EL CRISTO MORENO
“El miedo al temblor arraigado
en el corazón andino persiste, está presente en el culto al Señor de los
Milagros, el Patrón Jurado de Lima, que protege a sus habitantes del temblor
devastador”, escribió la historiadora María Rostworowski.
En 1687, Sebastián Antuñano,
devoto del Cristo, sacó por primera vez en procesión la imagen tras el
terremoto del 20 de octubre de ese año. En 1715 fue declarado Patrón Jurado de
la ciudad.
MIEDO AL MES DE OCTUBRE
“A lo largo de nuestra
historia, cinco terremotos violentaron la ciudad en el mes de octubre. Hubo
otros que devastaron en julio, en noviembre o mayo, pero fue octubre el que
padeció la mayoría. El 19 en 1609, el 20 en 1687, el fatídico 27 en 1746, el 17
en 1966 y el 3 de octubre de 1974”, recordó la escritora Josefina Barrón en su
columna en *El Comercio*. El de 1746 fue un cataclismo seguido de un maremoto.
El puerto del Callao desapareció.
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