Escribe LOURDES
FERNÁNDEZ / @LulitaFC.
Redactora de
Sociedad.
Las playas
son públicas, pero eso es solo letra muerta. La Defensoría del Pueblo exhortó a
los municipios a fiscalizar el ingreso a las playas de sus jurisdicciones y a
no impedir el ingreso al público, tal como lo dicta la ley 26856.
El
parlamentario andino Alberto Adrianzen denunció que estos problemas de
discriminación ocurren en playas del sur de la capital como La Tiza, Naplo,
Puerto Nuevo, San Antonio, entre otras.
El Comercio
comprobó que por lo menos en tres de estos balnearios, los residentes y los
clubes privados han delimitado las playas para uso exclusivo y privado. En
Naplo, ubicada en el kilómetro 58 de la Panamericana Sur, los dueños de los
condominios de la playa impiden el ingreso de bañistas que no sean
propietarios.
“Esto sucede
desde hace más de 10 años, como ellos pagan por la limpieza no quieren que
nadie entre con comida a esa parte”, dice una señora que vende canastas
señalando la zona de los residentes. En esa área, las sombrillas blancas están
resguardadas por al menos unos 4 vigilantes que no despegan la mirada de los
bañistas. Del otro lado, cientos de sombrillas de colores protegen del sol a
familias completas que prefieren no cruzar el límite.
Más al sur,
en el kilómetro 70 de la Panamericana Sur, la playa Puerto Viejo, en Cañete, es
solo para el Club de Propietarios de las Lagunsa de Puerto Viejo.
“Está es la
mejor playa del sur, pero solo pueden ingresar los residentes”, nos dice uno de
los tres vigilantes que resguarda el club.
En la playa
Boca León, en el kilómetro 79, la situación se repite. Solo pueden disfrutar
del balneario los propietarios o los invitados de estos. (EL COMERCIO)
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