En nuestra
Posdata de hoy, Héctor Chumpitaz habla sobre la realidad de la selección
peruana y el Mundial Brasil 2014.
Escribe Miguel
Rocca Arismendiz.
Nací en
Cañete hace 71 años. Estudié en el colegio Santa Bárbara, donde llegaba luego
de caminar 5 kilómetros desde la hacienda donde vivía. Comencé profesionalmente
en el Deportivo Municipal y luego pasé por Universitario y llegué a la
selección. Fui capitán de Perú durante casi 20 años y jugué los mundiales de
1970 y 1978. Ayudé en la clasificación al Mundial de 1982 y gané la Copa
América en 1975. Actualmente formo parte del comando técnico de la ‘U’ y tengo
escuelas para descubrir nuevos talentos. Mi virtud es el énfasis que le puse a
mi carrera deportiva y mi defecto es que no me gustaba perder los partidos, al
punto que no salía de mi casa al día siguiente.
De su
experiencia mundialista, Chumpitaz recuerda esa remontada 3 a 2 contra
Bulgaria.
“Nos
enteramos del terremoto de Huaraz al momento de jugar el partido. Bulgaria nos
ganaba 2-0 y tocaba sacrificarnos más, salimos con una nueva mentalidad, me
tocó empatar con un gol de tiro libre y lo celebré como nunca, por todo lo que
había sucedido y finalmente Cubillas anotó el gol del triunfo”.
¿Y el
partido contra Brasil?
Si no nos
hubiese tocado Brasil y nos tocaba contra un europeo, yo creo que hubiésemos
estado gozando otra cosa, jugando de repente la final, con la posibilidad de
ser campeones o subcampeones.
¿Cuál cree
que fue la razón para que lo escogieran capitán de la selección peruana?
Creo que era
por lo que hacía en los entrenamientos. Yo siempre estaba entre los primeros.
Si podía me quedaba trabajando más, por ejemplo en los saltos, me quedaba a
patear tiros libres y penales, el que es defensa tiene que tener mucha
reacción. Cuando me lo anunciaron me sorprendió, había jugadores con más
experiencia. Me emocioné porque ser capitán donde había tantas figuras, para
uno era una satisfacción y un honor. Me hice capitán de la selección en el año
69.
En las
disputas con los delanteros, ¿se trabajaba a la ‘boquilla’ para hostigar a los
rivales?
Golpes no
había, salvo cuando uno iba en una jugada. Los golpes denigran el fútbol, si no
nos hubiésemos metido al box. A veces hay algunas reacciones, depende de lo que
se dice y cuánto puede llegar a molestar a uno. Yo respetaba al rival, pero
cuando iba a una pelota dividida iba con fuerza, haciendo sentir el pie. Yo
tendría que pensar mucho para poder lesionar a alguien, el fútbol es alegría y
competencia, pero eso no quiere decir que voy a malograr a otro para ganar. Por
ejemplo, en la mordida del uruguayo Suárez, fueron los nervios. La sanción me
ha parecido muy fuerte, él no es un criminal y lo han sacado de la concentración
de esa manera.
¿Se podría
hablar de una pérdida de prestigio de la selección peruana en las últimas
décadas?
Siempre
habíamos estado entre los cuatro primeros en Sudamérica. Las demás selecciones
han crecido y nosotros nos hemos estancado, no es que hayamos bajado. Hoy nos
han superado y nos llevan ventaja. No solo futbolísticamente, sino también en
biotipo. En la época nuestra la forma de crianza era distinta, cumplíamos
horarios, nos alimentábamos bien, le metíamos vitamina O: “Vitamina olla”.
¿Da envidia
ver un Mundial en el que los equipos de América son protagonistas?
Eso es
bueno, esos equipos lo están haciendo muy bien, hasta Costa Rica en quien casi
nadie creía. Hay que felicitar a los que están, eso nos puede servir a nosotros
para poder trabajar pensando en estar en el siguiente Mundial, en Rusia. Lo
complicado es que para las próximas Eliminatorias, Brasil y Argentina son
fijos, tenemos que pelearla con Ecuador, Colombia y Chile. Pero a veces cuando
hay estas complicaciones es cuando Perú
a veces sale adelante, a nosotros nos pasó así varias veces.
¿Qué
necesitamos para volver a ser competitivos?
Creo que
todo depende de los mismos jugadores. Acá nos tenemos que preocupar de hacer
las cosas bien, y las cosas van a salir. Calidad hay, quizá falte experiencia,
pero eso se consigue jugando partidos importantes, con equipos grandes,
haciendo giras. Nosotros jugábamos esos partidos en nuestras vacaciones. De
esos partidos, más allá del resultado, se aprende. Todo eso se acumula y cuando
llega la hora de la verdad es diferente. Todos estamos esperando que haya
buenos resultados.
Volveremos a
un Mundial
No sabemos
cuándo, pero tenemos que volver. Ojalá que volvamos antes de que yo me vaya al
otro lado. Hay confianza, hay otra mentalidad y los que ahora pueden entrar van
a ir mejor preparados y sabiendo lo que tienen que hacer. No es fácil, pero
tienen que meterse en la cabeza que poniendo todo de sí, trabajando con mucha
conciencia, se consigue. No hay cosa que no se pueda conseguir si no se pone
esfuerzo.
¿Cuál es su
candidato para el Mundial?
Brasil.
Tiene el apoyo de la gente y siempre hay un poco de inclinación hacia ellos.
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