Seguimos
celebrando a la patria, danzando al compás del tradicional ‘saca leña’ de este
paraje de la sierra limeña. Empecemos a contar la historia de la provincia que
fuera fundada el 9 de febrero de 1821. Manuel Acosta Ojeda Compositor.
Si bien su
historia data desde antes de los incas, podemos encontrar datos en las crónicas
virreinales de 1534, cuando Pizarro fundó la enconmienda de Hatun Yauyos. Pero
su fervor patriótico nació y creció dentro de las revueltas por la gesta
emancipadora.
Don Álvarez
de Arenales hizo un excelente trabajo en la sierra central, donde iba formando
conciencia en los pobladores de la importancia y el por qué de la
independencia. Este trabajo no solo fue apoyado por el ejército emancipador,
sino también por los curas principales de algunas regiones como Yauyos, Laraos
y Ayaviri.
Hasta que
los líderes de la provincia, don José Guillermo y Pascual Cayro, don Juan
Evangelista Vivas, entre otros patriotas, la proclamaron “libre de toda
dominación española”. La decisión fue comunicada luego al generalísimo don José
de San Martín.
Celebración
Como en cada
rincón de nuestro país, todas las festividades van ligadas a un santo, al
protector del pueblo. En el caso de Yauyos, su aniversario coincide con los
agasajos para Santo Domingo de Guzmán de Yauyos. En una oportunidad, en la
época de la violencia interna, pasamos por algunos paisajes de la provincia.
Era como si
el tiempo se hubiera detenido, el camino a las justas si llegaba a la categoría
de trocha, pero no importaba.
Josafat Roel
Pineda me invitó en varias oportunidades. Brindamos con chamiscol, una variedad
de ‘calientito’, con hierbas, caña, miel y agua.
Algo que
nunca habíamos visto fue que entrada la noche el dueño de casa nos entregó un
machete, con el cual debías trozar un pedazo de árbol que se convertiría en
leña.
Este pedazo
de madera, antes de ser convertido en carbón, se le hace bailar, se le pasea
por el pueblo, en una especie de pasacalle llamado ‘saca leña’, al compás de la
banda. Luego se vuelve a la casa y cada invitado va poniendo el tronco sobre el
fuego.
No hay duda
de que la calabaza es el símbolo de la región, es el manjar que en forma de
mazamorra –calabaza huatiada– te la entregan las pastoras en su recorrido por
las calles empedradas del pueblo el día central, luego de haberla velado toda
la noche, con voces y cuerdas, mientras madura dentro de la Pachamama.
La calabaza
(huaino)
A mí me
dicen en Yauyos, yauyinito
fuera de
Yauyos me dicen
que rico
calabacero.
Por la
calabaza te mueres
¡Ay!
calabaza es mi nombre
mucho
cuidadito con la guía...
porque
cuando enreda ya no suelta...
La flor de
la calabaza es una bonita flor
Remedio para
los males cuando te mueres de amor.
Ay mi
mollecito, ya se va secando,
donde me
sombreaba con mi yauyinita,
con mi yana
ñahui.
Cerro
Shashaco qué triste estás, negro del alma, yo ya me voy.
Calabacita
quién te verá, durante mi ausencia, cuando yo me vaya.
Todos dirán
que se fue, nadie me recordará, cuando yo me vaya,
cuando yo me
muera, linda yauyinita.
(andina/Juvroh-Al
Rojo Vivo 01-08-2014)
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