Texto: Juana Gallegos / Fotografía:
Colectivo La Combi.
Los insectos se amontonan y revolotean
en la única luz que se prende en la oscuridad. Los niños observan expectantes,
ubicados en sus sillas de plástico. La luz del cañón multimedia se dispara
hacia la gran pantalla blanca instalada al frente. La película va a comenzar.
La música que sale de los parlantes le gana al chirrido de los grillos y a
todos los sonidos que reinan en la noche de la selva. En el écran aparecen
imágenes de Zezé, un cortometraje brasileño que nadie ha visto antes. Nadie
habla. Todos miran calladitos. Es la primera vez que se proyecta una película
al aire libre en la comunidad de Puerto Ocopa, Satipo, la selva de Junín. Para
muchos es su primer encuentro con una pantalla gigante y como todas las
primeras veces este encuentro es mágico.
Este fue uno de los primeros viajes
que hizo el colectivo La Combi al interior del país para proyectar películas
sin cobrar entrada, bajo la luna y con canchita, si es que alguien la
preparaba. Posteriormente, las funciones se replicaron en otros destinos: en el
Cañón del Pato en Áncash, en San Luis de Cañete al sur de Lima, en la comunidad
de Yapatera en Piura, en Barranco.
écran viajero
La Combi no es un carro que viaja por
todo el Perú llevando cine gratuito como lo imaginan algunos. Es más, las
creadoras del colectivo no tienen un vehículo de carga para trasladar el écran,
el proyector multimedia, los parlantes, el reproductor de DVD y cuanta
herramienta necesiten para montar sus funciones callejeras. Se movilizan la
mayoría de veces en taxis o en camionetas prestadas.
En realidad, La Combi es un colectivo
sin fines de lucro formado por gente armada únicamente por su voluntad, su
energía y sus ahorros y que desde hace dos años se ha propuesto llevar cine a
lugares donde jamás se ha visto una película en pantalla gigante y donde, a lo
mucho, se ve televisión.
"El objetivo es descentralizar la
cultura. Es recuperar el espacio público y devolverle a la población una vida
comunal para que así no se queden en casa viendo sólo televisión", explica
la comunicadora social Teresa Castillo.
Ella, junto con Beatriz Nicasio y
Carolina Martín, también comunicadoras, son las cofundadoras y codirectoras del
proyecto. Se suma el sonidista, José 'Chule' Salazar.
Idealistas dirán algunos. La fórmula
de subsistencia de La Combi depende del ingenio. Buscan la subvención de
instituciones del Estado y la empresa privada. Auspicios que logran después de
varias semanas de negociación. Con eso pagan la movilidad, el hospedaje y la
alimentación. El resto de actividades que realizan es ad honorem.
Y no sólo pasan cine, además dan
talleres audiovisuales gratuitos y asesoran a niños y adolescentes en la
realización de sus primeros cortometrajes.
LAS SIRENAS DEL RÍO
La Combi está ahí cuando los chicos
dicen por primera vez: luces, cámaras y acción. Les prestan sus cámaras
profesionales, los asesoran en la grabación y les enseñan edición de video. Los
colegios o los centros comunales se convierten en frentes de creatividad donde
los chicos aprenden por primera vez lo que es un encuadre o un guion. Sus
vecinos los miran como bichos raros cuando los enfocan con la cámara. De esta
experiencia han salido documentales cortos de temática variada. En San Luis de
Potosí unos adolescentes enfocaron su trabajo en el cajón peruano y en el zapateo.
En Puerto Ocopa los niños contaron con muñecos de plastilina el cuento de la
sirena que vive en el Río Perené.
“El primer día nadie habla y en cuanto
agarran la cámara empiezan a contar un montón de cosas", dice la
periodista Carolina Martín, quien se mantiene en el colectivo porque el cuerpo
se lo pide: "cuando pasas mucho tiempo en Lima, te ahogas", dice.
Terminada la función se le ve siempre
junto a Teresa, a Beatriz y al 'Chule', desinflando la gran pantalla donde
proyectan sus películas. Es su nueva adquisición. Le ha usurpado el puesto a su
viejo écran, por ser más portátil.
Una de las últimas paradas de La Combi
fueron Los Barracones del Callao, el barrio bravo del puerto. Llegaron
invitados por el Ministerio del Interior para proyectar la película Río.
Desde un extremo del parque, alejados
de la bulla de los niños y de la gran pantalla, un grupo de policías miran
escépticos: "¿Cine? ¿Qué es eso?", dice uno. "Estos niños ya
están perdidos. Así les traigan cine, igualito va a ser”. Para La Combi no
importan los descreídos. Mañana lunes continuarán su ruta. Volverán a Junín,
esta vez a la comunidad de Potsoteni. El
cine es su norte.❧
(Juvroh/Actualidad Cañetana/Al Rojo
Vivo/23-11-2014)
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