Escribe Iván Reyna Ramos.
Con preocupación he leído los reportes
científicos. Hablan de que en unas dos semanas estarían aproximándose a nuestro
mar peruano fuertes masas de aguas calientes con temperaturas de hasta 26
grados.
De ser real, o llegado el momento, lo
más afectado serían las anchovetas y otras especies de aguas frías. Ya hay
reportes de hace unos días, donde se han encontrado, por ejemplo, al pez perico
sancochado en el Pacífico.
Como dicen los grandes entendidos:
“necesitamos estrategias de adaptación al cambio climático”. Pero sólo se
buscará la forma de adaptarse. No hay el atrevimiento de frenarlo.
Y si eso pasa en el mar ¿Qué pasará en
la zona terrestre?
Sin ir tan lejos, ya hemos visto cómo
en los últimos días los huaicos han vuelto sobre sus caminos antiguos. El caso
de las quebradas San Carlos en San Vicente de Cañete, el río Seco en Quilmaná
(que no es casualidad que una zona se llame Ihuanco), también Condoray en
Lunahuaná.
¿Acaso estamos asistiendo a la víspera
de fenómenos como lo acontecido en 1925? Todo es cíclico, todo se repite. Pero
todos debemos estar bien informados para tomar las decisiones del caso.
Prevención es la palabra.
(#Actualidadcañetana #Cañete / Juvroh/Actualidad
Cañetana/Al Rojo Vivo/12-02-2015)
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