El joven Alejandro Mejía fue captado
con engaños en provincia limeña de Cañete, y traído a Puno por una mujer
identificada como Julia Torres, quien le ofreció un trabajo en la mina
Candelaria, en la zona de Ninacocha, en San Román, pero luego de dos meses de
labores no recibió ningún pago.
Indica que como él otros tres jóvenes,
dedicados a la cosecha de uvas, fueron captados en Cañete, en una agencia de
trabajos, donde Julia Torres les ofreció trabajar en una mina con un pago
semanal de 400 nuevos soles, y tras pagarles sus pasajes de transporte llegaron
a Puno.
Sin embargo, tras dos meses impagos
Julia Torres se hizo la desentendida abandonándolos a su suerte. Tras ello
intentaron poner una denuncia ante la Fiscalía en Juliaca, pero les indicaron
que no podían hacer nada porque la mina era ilegal.
Ante esto Alejandro Mejía pide que lo
ayuden con un trabajo para juntar dinero y volver a Cañete, pues lleva ya
cuatro días durmiendo en una plaza de Juliaca y ahora en la ciudad de Puno, sin
alimento alguno.
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