Una vendedora ambulante monta cada día
su negocio en una concurrida calle de Imperial, en Cañete.
Sin embargo, la irresponsable mujer,
quien vende maní y refrescos obstruye una rampa de acceso que sirve a diario a
las personas con discapacidad, a madres que van con sus bebes en cochecitos,
entre otras personas.
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