Las sandías de pulpa amarilla están de
moda. Los domingos se las encuentra en las Ferias Agropecuarias Mistura que se
ubica en la cuadra 32 de la Av. Brasil. Pero pocos saben sobre su origen en el
valle de Asia.
Por
Iván Reyna Ramos.
La pregunta de cajón: ¿Cómo llegó la
sandía amarilla al valle de Asia? La respuesta la encontramos en el octogenario
agricultor asiano Vicente Avalos Porras. Don Vicente siempre ha sido un
destacado agricultor de sandías, especialmente de la variedad que él llama
“bonanza”, de pulpa roja. Fue a finales de los años 80, como de costumbre,
había preparado el terreno y viaja al distrito de Imperial en Cañete a comprar
las semillas de sandía. El vendedor de la tienda que pertenecía a la familia
Borjas, le dice que sólo tiene unas semillas envasadas en lata de 100 gramos. Y
al no encontrar otra alternativa compra esas semillas.
Ese año, “las plantas de sandías no
desarrollaron mucho, los frutos crecieron del tamaño de un melón, y al
partirlas eran amarillas como un zapallo. Ese año no me fue muy bien, a la
gente le parecía rara esa sandía y casi no me compraban por el tamaño que eran
muy pequeños”, recuerda Vicente Avalos.
Al año siguiente, Avalos Porras vuelve
a sembrar, pero esta vez se asegura de que las semillas sean de las sandías
rojas. “Pero fue mi esposa Eusebia Yaya Acuña, quien había guardado algunas
semillas de la sandía amarilla, y me convence a que siembre también algunas
cepas entre las rojas”. Y así fue. “Gracias a mi esposa mi estimado Iván, ese
año coseché sandías amarillas y rojas que llegaban a pesar hasta 18 kilos. Fue un
boom. Y gracias a ella hoy se conservan las semillas de sandía amarilla”,
reconoce don Vicente mientras sigue cosechando sandías en su Fundo Río Chico,
frente a la playa de Rosario de Asia.
Desde entonces, las semillas de la
sandía amarilla empezaron a diseminarse por el valle de Asia. En sus inicios
como un cultivo doméstico, para el consumo de la familia. Hoy el cultivo se ha
extendido que -incluso- ya se encuentra en el mercado limeño. Todos los
domingos de verano, por ejemplo, Francisco Ojeda Malásquez (ganador del premio
el Rocoto de Oro en Mistura 2014) las oferta en las Ferias Agropecuarias
Mistura (FAM), que se ubica en la cuadra 32 de la Av. Brasil en Magdalena del
Mar. Y por si fuera poco, en los supermercados también se los encuentra a
precio mucho mayor que las de pulpa roja.
La sandía con pulpa amarilla no es
transgénica. En Taiwán se le conoce como la variedad “Yellow baby”. En España
le llaman “Graciosa”, “Melchora” y también “Paitilia”. En Francia han creado
semilleros de variedades autóctonas, tanto que se guardan con mucho celo
algunas pipas de sandía amarilla para que no se extingan.
Existen algunas historias como que
estas sandías toman el color amarillo por la polinización, la pigmentación del
suelo y hasta sería el resultado del cruce de un zapallo con una sandía. Sin
embargo, el color tiene una explicación científica. La sandía se convierte en
amarilla por la acción de los carotenoides, unos pigmentos naturales que se dan
por el proceso de la fotosíntesis. Ese pigmento evita enfermedades en los ojos.
Un estudio de la Universidad de Texas concluye que la sandía de pulpa amarilla
contiene mayor citrulina (un aminoácido vasodilatador), beneficioso para
combatir la hipertensión, la diabetes, la impotencia sexual y mejora el sistema
inmunológico.
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