“Las constructoras ahora debemos
sacrificar un poco de rentabilidad”
Para Miguel Ángel Rischmöller, el año
pasado fue complejo. “Estamos lejos de los números y las alzas de precios del
2009 de las viviendas”, apunta. ¿Pero qué sucedió? Fue un conjunto de cosas,
añade.
“Diversos sectores se han retraído.
Mucha gente compraba con sus utilidades y ahora no lo ha podido hacer. En el
caso de las entidades financieras, son más conservadoras. Han aumentado sus
cuotas iniciales, quieren más garantías, sobre todo para la segunda vivienda”,
apunta.
¿Realmente han caído los precios de
los inmuebles?
Muy poco. En el segmento A/B se han
mantenido y en C y D han subido poco, quizá un 5%. Los precios no están cayendo
y es difícil que eso vaya a suceder. El año pasado ha sido un año muy malo, al
punto de que se quedó un stock de viviendas sin vender.
¿Es distinta la visión que tiene para
el 2015?
Tenemos una buena y mejor perspectiva
para este año. El sector debe crecer 9%, pero sobre todo por la inversión en
infraestructura pública. Hablamos del gasoducto y del inicio de la Línea 2 del
Metro de Lima. Se supone que a partir del segundo semestre la cosa estará mejor
considerablemente para el tema de vivienda.
¿Dónde, para los empresarios, va ser
más rentable invertir?
Vamos a seguir apostando por los
segmentos A/B, principalmente porque es nuestro nicho de negocio. Las economías
que han pasado por episodios como el nuestro han visto cómo los segmentos A/B
se siguen moviendo.
¿Y serán los más rentables?
La rentabilidad pasa por ahora por más
competitividad. Los precios casi ni se mueven. No va a haber alzas
sustanciales, los costos seguirán subiendo, sobre todo por la escasez de
terreno y el aumento de materiales. Vamos a tener que acomodarnos. Tenemos que
acostumbrarnos a rentabilidades más pequeñas.
¿Esos sobrecostos ya no podrán ser
trasladados al cliente final?
Ya no va a ser posible, por un tema de
competencia. Al retraerse la demanda ya no se podrán trasladar todos los costos
al cliente. Las constructoras debemos sacrificar un poco de rentabilidad y ser
más competitivas.
¿Qué proyectos manejan?
Lo primero es salirnos del stock que
tenemos en el primer semestre. Tenemos un proyecto en Javier Prado que se ha
vendido en un 60%. Hay proyectos que estamos por lanzar, como el de oficinas.
Vamos a ver cómo se mueve el tema político, que de todas maneras genera ruido.
¿Antes eran más rápidas las ventas de
departamentos?
Eran mucho más veloces. La gente iba y
compraba un departamento. Hoy día el esfuerzo en vender es mayor. Todo está
mucho más lento.
Cuando terminen de vender el proyecto
de Javier Prado, ¿se enfocarán en oficinas?
Como tenemos una venta lenta, lo que
estamos haciendo es realizar los cuatro proyectos de construcción para
terceros.
En el caso de oficinas, ustedes poseen
su terreno entre las avenidas Basadre y Camino Real. ¿Cuándo empiezan a
construir?
Estamos en esa evaluación. Al final,
la única posibilidad es vender el edificio completo. Nosotros no lo vamos a
administrar. Ese no es nuestro negocio.
¿Buscan algún socio para acelerar el
proyecto?
Lo que estamos evaluando es construir
y alquilar el edificio y luego venderlo con todas las oficinas arrendadas. Este
es un modelo que buscan muchos inversionistas, pues ni bien adquieren el predio
empiezan a recibir dinero por el alquiler. Ya no pierden tiempo en buscar o
seleccionar inquilinos.
¿Y esta fórmula cuánto incrementa el
precio del edificio?
Aproximadamente, en 10%.
Al margen de los precios, ¿qué es lo
más complicado que enfrenta el sector?
En Lima es la escasez de los terrenos.
Eso lo único que logra es elevar el costo de los proyectos. A eso se debe sumar
que las municipalidades deben ser más abiertas al cambio de zonificaciones y
más veloces y ágiles en las entregas de licencias.
¿Cuánto ha cambiado el consumidor de
vivienda?
Son más exigentes. Los clientes piden
más, en relación a los acabados y al diseño.
Con esta situación, ¿qué perspectivas
tiene sobre la construcción en provincia?
Provincias también se han contraído.
La gente no compra en planos, prefiere ver los avances de la obra. Allí la
vivienda es más pequeña para hacerla más accesible.
¿Cuáles son las nuevas zonas por donde
Lima puede crecer?
La zona del sur. Puede ser la zona de
San Andrés, la zona de Cañete. Son propiedades que no son caras, pero en el
futuro van a tener mucho valor. Allí va a haber colegios, universidades.
¿Podría admitir que tenemos
empresarios sumamente conservadores?
Es que los empresarios siempre vamos a
tomar decisiones en base al tema económico y reaccionar frente a ello. La
subida del dólar, por ejemplo, también nos afecta. Vamos a tener que hacer
ajustes, y eso incluye hasta reducir personal.
¿Qué planes tienen al margen de los
edificios?
Vamos a ver dos proyectos más de gama
alta. Estudiamos hacer cosas más pequeñas, pero y exclusivas, siempre apuntando
al A/B.
Siempre es bueno mirar a donde se
puede lograr un mejor margen de ganancia. Este es un momento de reajuste, pero
vamos a seguir creciendo, hay una demanda aún insatisfecha”.
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