Su familia lo esperaba en casa y él
nunca llegó. Un derrumbe acabó con la vida de Joel Huaringa Ponce, el
maquinista de 28 años de la empresa Yauricocha que lleva sepultado 96 horas
bajo tierra.
El domingo por la tarde un compañero
de Joel, llamó a su esposa Lidia y al colgar el teléfono, la mujer sintió que
la vida se le derrumbaba. El padre de su bebita de 8 meses había muerto, estaba
bajo una mina de 500 metros de profundidad.
El maquinista realizaba su trabajo
dentro del socavón de la mina y de pronto el cerro cedió debido a las
filtraciones de agua y sepultó a Joel. Dos compañeros más saltaron y se
salvaron de morir, pero el muchacho no tuvo la misma suerte.
Desesperados, su esposa Lidia Bastidas
Casas y su hermano Donald Huaringa viajaron hasta la mina ubicada a más de 5 mil
metros de altura en Yauyos. Lidia, embargada de dolor, quiso entrar al socavón
pero no le permitieron.
No lo dejen. “Mi hijo es un ser
humano, ha servido tantos años a la empresa, por favor ayúdenme a encontrarlo,
tiene una esposa y una hijita que lo quieren”, implora su madre Lucila Ponce de
Huaringa, la humilde campesina que mastica coca para aplacar el terrible dolor
que la embarga.
La mujer dijo que una asistenta social
de la empresa Yauricocha se comunicó con ella, pero hasta el momento no hay rastros
de su hijo y solo han hallado partes de la maquinaria.
El muchacho que estudió en la nocturna
del colegio Jorge Basadre de Chupaca, es el tercero de 8 hermanos, tres
trabajan en labores de minería.
Enrrumban. Los familiares y un abogado
tuvieron que viajar hasta Cañete para hacer la denuncia de desaparición. La
ciudad es jurisdicción de Lima. (Correo Huancayo)
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