¿CÓMO ESTAMOS REALMENTE EN EL
PERÚ?
Hace unos días, CENTRUM
Católica, la Escuela de Negocios de la PUCP, presentó el Índice de Progreso
Social Regional (IPSR) 2016, elaborado por primera vez en el Perú, con el cual
se ha podido medir la calidad de vida de los peruanos de todas las regiones, y
que ilustra, con la frialdad de la cifras, los profundos abismos sociales que
aún dividen al país, pero que es necesario conocer para orientar las decisiones
políticas presentes y futuras.
Según el Social Progress
Index, el progreso social “es la capacidad de una sociedad de satisfacer las
necesidades humanas fundamentales de los ciudadanos, establecer los elementos
básicos que permitan a los ciudadanos y comunidades mantener o mejorar su calidad
de vida y crear las condiciones para que todas las personas alcancen su pleno
potencial”. De modo que no se mide solo las necesidades básicas, sino también
el bienestar y las oportunidades: no solo el crecimiento económico es
importante, también lo es el bienestar y la calidad de vida.
La investigación realizada por
CENTRUM Católica se basa en una metodología (Social Progress Imperative)
desarrollada por Michael Porter (Harvard) y Scott Stern (MIT) que ya se ha
aplicado en 133 países, que incorpora tres grandes dimensiones de
investigación: “Necesidades Básicas”, “Fundamentos de Bienestar” y
“Oportunidades”, con una puntuación del 0 al 100. En América Latina, encabezan
el IPSR con más de 70 puntos Uruguay, Chile y Costa Rica. Perú se encuentra en
el segundo bloque junto con México, Ecuador y Colombia con 54.85 puntos.
A diferencia del PBI (Producto
Bruto Interno) que mide el crecimiento económico, y el IDH (Índice de
Desarrollo Humano) que mide ciertos indicadores económicos y sociales, el IPSR
tiene una visión multidimensional (aunque carece de indicadores económicos) e
incluye 12 componentes y 51 indicadores, lo que da lugar a un diagnóstico más
completo de la realidad peruana. El estudio integra datos cuantitativos y
cualitativos con información del INEI y otras entidades con datos del período
2013-2014.
Con respecto a la primera
dimensión “Necesidades Básicas Insatisfechas” los resultados son de infarto:
ninguna región llega al nivel “Muy Alto” (85 puntos o más), y sólo Lima
Metropolitana y Callao se ubican en el nivel “Alto” (de 75 a 84 puntos).
Tumbes, Lambayeque, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna tienen el nivel “Medio
Alto” (de 65 a 74). Piura, La Libertad, Ancash y Lima Provincias se ubican en
el nivel “Medio Bajo” (de 55 a 64). San Martin, Huánuco, Junin, Ayacucho,
Apurímac, Cusco, Puno y Madre de Dios se ubican en el nivel “Bajo” (de 45 a
54). Por último, Cajamarca, Amazonas, Loreto, Ucayali, Pasco y Huancavelica se
posicionan en el nivel “Muy Bajo” (45
puntos o menos). Si se mirara el plano del Perú, toda la costa se ubica entre
Alto y Medio Bajo, la sierra es mayoritariamente de nivel Bajo y la Selva de
nivel Muy Bajo. Los cuatro componentes que integran esta dimensión son:
Nutrición y Asistencia Médica Básica, Agua y Saneamiento, Vivienda y Seguridad
Personal.
En la segunda dimensión
“Fundamentos del Bienestar” ninguna región alcanza los niveles Medio Alto, Alto
y Muy Alto. En el nivel Medio Bajo se ubican Cajamarca, La Libertad, Ancash,
Ica, Huancavelica, Ayacucho, Cusco, Arequipa, Moquegua, Tacna y Puno. En el
nivel Bajo se ubican Tumbes, Piura, Lambayeque, Amazonas, San Martin, Huánuco,
Pasco, Junin, Lima Metropolitana, Callao y Apurímac. Y en el nivel Muy Bajo
están Lima Provincias, Loreto, Ucayali y Madre de Dios. Los cuatro componentes
de esta dimensión son: Acceso a Conocimientos Básicos, Acceso a Información y
Comunicaciones, Salud y Bienestar y Sustentabilidad del Ecosistema.
Finalmente en la tercera
dimensión “Oportunidades” cuyos componentes son Derechos Personales, Libertad
Personal y de Elección, Tolerancia e Inclusión y Educación Superior, tenemos
los siguientes datos: ninguna región alcanza los niveles Medio Alto, Alto o Muy
Alto. Piura, Lambayeque, La Libertad, Ancash, Ica, Arequipa, Moquegua y Lima
Metropolitana se ubican en Medio Bajo. Tumbes, Cajamarca, San Martin, Lima
Provincias, Callao, Junin, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac y Tacna se ubican
en el nivel Bajo. Y Amazonas, Loreto, Huánuco, Pasco, Ucayali, Cusco, Puno y
Madre de Dios se ubican en el nivel Muy Bajo.
Como promedio general nacional
del IPSR, la más alta puntuación la logra el departamento de Moquegua con 65.37
puntos, y la más baja Ucayali con 39.40. Lima Metropolitana alcanza 64.22
puntos y Lima Provincias logra 50.45 puntos, ubicándose en el Nivel Bajo y en
el puesto 16 del ranking nacional. Lima Provincias es el único departamento de
la costa que no alcanza el nivel Medio Alto. Los componentes de mayor gravedad
en Lima Provincias son: Seguridad Personal, ocupando el penúltimo lugar (puesto
25) con 42.80 puntos, Salud y Bienestar en el puesto 23 con 40.84 puntos,
Sustentabilidad del Ecosistema en el puesto 25 con 10.13 puntos, y Libertad
Personal y de Elección en el puesto 21 con 43.43 puntos, todos ellos en el
Nivel Muy Bajo. Las cifras mencionadas nos enrostran la urgencia de
redireccionar las prioridades actuales, la importancia que los políticos
regionales compartan una visión común del desarrollo regional para la
continuidad de las políticas públicas, y la obligación de los gobernantes
regionales y locales de trabajar más unidos que nunca con sus pobladores y sus
emprendedores.
El estudio demuestra (en
realidad confirma) los profundos abismos entre costa, sierra y selva, y entre
lo urbano y rural en cada región. Con los datos señalados cuesta decir que
hemos dejado de ser un país del tercer mundo: a lo más, estaremos en el segundo
mundo y de los más bajos, y ciertamente estamos muy lejos aún de ser un país
del primer mundo. Que ninguna región alcance un puntaje alto de progreso social
debe encender las alarmas a los ciudadanos y gobernantes de cuáles deben ser
las prioridades en las políticas públicas, y los lugares (comunidades y
territorios) donde enfatizar las tareas del desarrollo. No nos engañemos, aún
hay muchísimo por hacer.
A manera de corolario,
tomaremos las palabras de Javier Portocarrero, Director de CIES: “El promedio
nacional ha mejorado pero no es suficiente. Si antes estábamos pésimos, hoy
estamos mal. El Estado debe priorizar a las poblaciones más marginadas y
excluidas y no solo ayudarlas con programas sociales asistenciales sino también
con proyectos de desarrollo productivo para mejorar los ingresos que estas
familias puedan generar. Hay más clases medias pero ciertos sectores sufren
muchos rezagos y son básicamente el sector rural y poblaciones indígenas. Los
resultados son preocupantes y son una alerta contra la complacencia”. (Vicente Sánchez
Vásquez)
Comentarios