Culminada la segunda vuelta,
las Elecciones Nacionales 2016 arrojan los siguientes resultados:
La Presidencia de la República
para el período 2016-2021 recae en Pedro Pablo Kuczynski (PPK) al ganarle la
segunda vuelta a Keiko Fujimori de Fuerza Popular por un ajustadísimo 50.1% a
49.9%. PPK llega al gobierno por una amplia coalición de fuerzas políticas y
sociales cuya principal coincidencia era evitar el retorno del fujimorismo al
poder, y tiene el triple reto de resolver los graves problemas de
desaceleración económica, inseguridad y corrupción que vive el país, de
gobernar sin mayoría en el Congreso y de atender las promesas electorales
ofrecidas a tantos sectores específicos.
Fuerza Popular alcanza la
mayoría absoluta en el Parlamento al lograr 73 congresistas de un total de 130.
Logran representación parlamentaria Frente Amplio (20 congresistas), Peruanos
por el Kambio (18), Alianza para el Progreso (9), APRA (5) y Acción Popular
(5).
Las organizaciones políticas
que pasaron la valla del 5% fueron Fuerza Popular, Frente Amplio, Peruanos por
el Kambio, Acción Popular, Democracia Directa y los partidos que integraron las
alianzas de Alianza para el Progreso y Alianza Popular. Asimismo, conservarían
la inscripción los partidos que se retiraron antes de las elecciones.
En el ámbito de la Región
Lima, los resultados se dieron de la siguiente manera:
En Lima Provincias, Fuerza
Popular logró el 54% de los votos válidos en primera vuelta, y el 61% en
segunda vuelta, convirtiéndose en la principal fuerza política de la Región
Lima.
El Frente Amplio logra el
16.6% y Peruanos por el Kambio el 15.7% de los votos. No obstante, ambas
fuerzas carecen de historia y trayectoria política en la región. Salvo Alianza
para el Progreso, las demás fuerzas nacionales son residuales en la región y en
cambio los movimientos regionales tienen un mejor posicionamiento.
Fuerza Popular logra las
cuatro curules disponibles de la Región Lima, convirtiéndose en la única
representación congresal en los siguientes cinco años.
Varios personajes regionales
no lograron su objetivo de ser congresistas (Ricardo Chavarría, Marcial
Palomino, Liliana Torres, Angel Manero y Luis Castillo), pero se posicionan de
cara a las elecciones del 2018.
Las fuerzas políticas
Fuerza Popular tiene un doble
registro en la Región Lima: su votación en las elecciones nacionales y su
votación en las elecciones regionales. En las elecciones nacionales del 2011 y
2016 obtuvo el 34.49% y 54.28% de los votos válidos respectivamente, pero en
las elecciones regionales del 2010 y 2014 obtuvo el 9.06% y 12.91% de los votos
válidos respectivamente. Es decir, tiene alta votación nacional pero baja
votación regional. Es una organización cuyo inconveniente es no tener un
candidato regional “natural” (su líder visible y reconocido es congresista
reelecto), tanto así que tuvo que invitar a José Cataño y Marino Llanos en las
elecciones del 2010 y 2014, y tal parece que tendrá que hacer lo mismo
nuevamente. Para el 2018 puede suponerse que su votación regional mejorará
atendiendo a su mayoría congresal, a su posicionamiento político como principal
partido nacional, y a su estrategia de acumulación para el 2021 que pasa por
buenos resultados en las regionales y municipales del 2018. Las palabras de su
lideresa al aceptar la derrota de que “recibimos el encargo de ser oposición” y
“defenderemos los intereses del pueblo contra los lobbys y el poder de las
grandes empresas” perfila el posicionamiento futuro de FP.
Alianza para el Progreso
sufrió el fenómeno inverso: tuvo una buena participación regional el 2014 y un
fracaso electoral el 2016. En las últimas elecciones regionales logró 57,658
votos (11.8% de votos válidos) pero este año apenas logró 24,919 votos (6.48%)
de los cuales 12,629 fueron de Ricardo Chavarría, que lidera Fuerza Regional,
quien seguramente retornará al arbolito. Tiene consejeros regionales y alcaldes
provinciales y distritales de modo que puede recuperarse. Tiene el problema de
que su líder regional Marcial Palomino no parece contar con la legitimidad
interna para lograr una nominación sin sobresaltos. El alcalde de Barranca
Elgar Marreros es voceado como el otro pretendiente al trono.
Los restantes partidos
nacionales no han tenido una presencia importante en la región y no parece que
eso vaya a cambiar. En el caso del Frente Amplio, la segunda fuerza más votada
en la región en la primera vuelta, tiene una oportunidad inmejorable para
trabajar y crecer, más no debe olvidar que en las elecciones regionales del
2014 tuvo el 0.81% de votos válidos. Y PPK, si bien ser gobierno le dará una
fortaleza política en esta nueva etapa, su falta de inserción en la región
limita hacer alguna predicción de su futuro.
En cuanto a los movimientos
regionales:
La Familia. Es la actual
fuerza gobernante, y se dan las siguientes circunstancias: no ha crecido otro
líder a la estatura política de Nelson Chui, puede afectarle un natural
desgaste por el ejercicio del gobierno, y debe planificar una estrategia para
la sucesión. Esto último le crea un dilema que debe superar: o la Familia
participa con candidato propio o es parte de una gran coalición. La decisión
que tome está directamente relacionada al mayor o menor éxito de la actual
gestión regional. Pero también es muy cierto que ya tiene que mirar
políticamente el 2018, y no quedarse solo en la visión de hacer gestión ni
esperar hasta el último año para tomar las decisiones políticas pertinentes.
Patria Joven. Aquí se ha dado
una situación extraña. Su fundador Javier Alvarado, tuvo que dejar el
movimiento para fundar Triunfa Perú, un partido que no logró inscribir. Lo más
lógico es que postule nuevamente con Patria Joven por estar vigente y ser una
marca reconocida en la región. Hasta ahora ha logrado sortear larguísimos
procesos judiciales sin sentencia en su contra. En el último año y medio ha
sido el personaje político con mayor protagonismo opositor así que el
ex–Presidente Regional con toda seguridad volverá a postular a Gobernador
Regional, como paso previo a su no negada pretensión (aunque más lejana) de ser
candidato a la Presidencia de la República.
Fuerza Regional. Su principal
activo sigue siendo su líder Ricardo Chavarría. En las elecciones del 2014, su
movimiento pasó por fuertes apuros organizativos aunque quedó en un expectante
quinto lugar. Sin embargo, no se sabe si volverá a ser candidato regional. Tal
vez podría decidirse por una postulación más accesible: la alcaldía provincial
de Huaral, en la que tiene amplio favoritismo.
Unión Cívica Lima “La
Cholita”. Esta agrupación logró un buen posicionamiento en la sierra y en el
sur de la región, aunque necesita trabajar más en las 3 grandes provincias
norteñas. Fue la sexta más votada el 2014. Su lideresa tiene una larga
experiencia política y puede convertirla en una fuerza política ascendente con
una adecuada estrategia.
Si se compara el nivel de
preferencias entre partidos nacionales y movimientos regionales en nuestra
región, tenemos que los partidos políticos logran el 100% de los votos válidos
en las elecciones del 2002, el 57% el 2006, el 37,2% el 2010, y el 39,3% el
2014. Por su parte, los movimientos no existieron el 2002, obtienen 43% el
2006, 62,8% el 2010 y 60,7% el 2014. Estos datos revelan que en las dos últimas
elecciones, los movimientos regionales contaron con un alto respaldo de los
votantes, tendencia que se repetiría el 2018. Sólo Fuerza Popular parece
cuestionar esta hegemonía.
Los escenarios futuros
El nuevo gobierno nacional
iniciará con varios desafíos: ¿tendrá a Fuerza Popular como una oposición
frontal u obstructiva, o en una suerte de gobierno compartido dada la afinidad
económica y programática? ¿tendrá una relación distante con la calle y las
regiones o buscará un respaldo popular activo para balancear su debilidad en el
Congreso? ¿podrá PPK unir todas las fuerzas posibles en torno a la lucha contra
la inseguridad ciudadana y la desaceleración económica o será desde el inicio
un gobierno aislado zarandeado al vaivén de la lucha por el poder? ¿podrá PPK
mantener cohesionada su pequeña fuerza política en la gestión gubernamental o
será un gobernante débil con facciones internas luchando entre sí? ¿creará PPK
el Ministerio de la Descentralización o se inclinará al creciente centralismo
que el gobierno de Humala retomó? En medio de esta incertidumbre es importante
para los gobiernos regionales dos temas: poner en la agenda nacional la profundización
de la descentralización como Política de Estado y tener la audacia de
reorientar la gestión liderando en su territorio los temas urgentes de la
seguridad ciudadana y la recuperación económica.
El siguiente proceso político
que se avecina son las revocatorias de autoridades cuyo trámite se inicia en
enero de 2017. Parece muy difícil que pueda activarse un proceso de revocatoria
regional, pero con seguridad habrá más entusiasmo para los niveles provincial y
distrital. Si bien será una oportunidad para valorar la percepción ciudadana
frente a sus actuales alcaldes y regidores, y para canalizar el descontento
frente a lo realizado o no por ellos en los primeros dos años, no parece que
eso vaya a variar las correlaciones regionales descritas en los puntos anteriores.
La prohibición de reelección
consecutiva, dará lugar a no pocos alcaldes distritales intentar postular a la
alcaldía provincial respectiva, y a los alcaldes provinciales intentar postular
a algún cargo Pero el salto de autoridad provincial a regional no será fácil
porque supondrá exhibir una exitosa gestión municipal y una proyección de su
imagen en las 9 provincias. Hasta la fecha, ninguno de los nueve alcaldes
provinciales ha avanzado en construir esa imagen regional.
Culminado este proceso electoral,
todos los ojos volverán al espacio regional y local. Es seguro que empezarán de
inmediato los perfilamientos hacia el 2018 y las estrategias de crítica y
desgaste a las gestiones en el GRL y municipalidades. En realidad, 28 meses
tampoco es mucho tiempo si de estrategias políticas se trata: con certeza, cada
fuerza ya irá proyectando su propia estrategia.
En las elecciones del 2014
detrás de los 3 grupos más votados La Familia, Patria Joven y Fuerza Popular,
quedaron muy pegados otras tres fuerzas: Alianza para el Progreso, Fuerza
Regional y Unidad Cívica Lima, en ese orden. Entre el primero más votado y el
sexto más votado hubo apenas 7.82% de votos válidos de diferencia (38,246
votos). Me atrevo a decir que la gran mayoría de las próximas autoridades
regionales y locales saldrá de este pelotón.
Las demandas regionales más
urgentes e importantes en la actualidad se ubican en la seguridad ciudadana, la
prosperidad económica, la lucha contra la corrupción, y una mayor
infraestructura vial, de salud, educativa, y de servicios públicos. Por ello,
frente a los espacios ya lanzados resulta casi una obligación construir un
proyecto político democrático y popular que enarbole esas banderas, en una
amplia coalición de fuerzas que inicie ya el camino por el poder regional el
2018. (Vicente Sánchez Vásquez)
Comentarios