El artista plástico de Yauyos
presenta una muestra dedicada a uno de los géneros más representativos de la
pintura occidental. Su aporte es evocar motivos locales utilizando para ello
técnicas universales.
En un pueblo de cielo añil y donde el río revienta de truchas, nació Juan Pedro Egoavil Trigos. Al crecer se convirtió en pintor, impulsado por el deseo de trasladar a la tela el paisaje colmado de cantutas, geranios, floripondios rojos y flores silvestres de su terruño. Ese lugar sabemos que se llama Huancaya y se encuentra en Yauyos.
Firme en su vocación, viajó a
Lima para estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes, de donde egresó en
1977. Desde esa época empezó a efectuar múltiples exposiciones en diferentes
espacios.
Esta vez se encuentra en la
Galería de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (Unife) presentando su
25ª individual denominada ‘La Celebración del Bodegón’. La curaduría estuvo a
cargo de Rina Zamalloa.
Camino de colores
“El color me fascina y por eso
no me fue fácil encontrar mi camino, mientras estudiaba en la Escuela de Bellas
Artes” declara el artista al diario oficial El Peruano.
Egoavil se reafirma en su
valoración del óleo. “Escogí esa técnica por motivos históricos, pues es la más
perdurable en el arte universal”.
También alaba su gusto el
bodegón, género que alcanzó su cúspide durante el Renacimiento. “Llegué a él
por mi interés en perpetuar el mundo de las plantas que nos rodean, eternizar
ese reducto doméstico que es la mesa familiar, con sus manteles bordados por
las abuelas y con un florero o un frutero en el centro. En fin, recoger
aquellos cacharros y objetos que forman parte de nuestro quehacer diario, para
que no se pierdan”.
La presente muestra es una
prueba fehaciente de las palabras de Egoavil. Aquí vemos frutos regionales y
diversas flores formando un todo al lado de un jarrón o cualquier otro objeto.
Sus composiciones poseen la
luminosidad de las pinturas de Daniel Hernández, los claro oscuros de Rembrand,
los planos del Giotto y Zurbarán. Son una suerte de motivos lugareños
expresados a través de la técnica europea.
De él ha dicho el crítico de
arte Jorge Bernuy que “es un caso único en nuestro medio artístico. Nos da la
impresión de estar con un pintor de épocas pasadas que vive la bonanza, el
sosiego y la paz de los maestros holandeses”.
Arte trashumante
El pintor Pedro Egoavil es un
viajero impenitente. Ha expuesto en diversas galerías nacionales y del
extranjero.
“Mi obra ha viajado más que
yo”, nos comenta un poco en broma manifestando que sus bodegones se encuentran
en colecciones particulares y entidades como el Instituto de Cultura de Chile y
en otras de Europa y América.
Este artista yauyino, que ha
obtenido el Primer Premio en el Sexto Festival de Ancón (1982) y el Premio con
la Medalla Conmemorativa de reconocimiento al valor personal, otorgado por la
Escuela de Bellas Artes (1999), actualmente ejerce la docencia en las especialidades
de Pintura, Artes Plásticas y Dibujo, en el alma máter en donde se formó.
“Escogí el óleo porque es la
técnica más perdurable de la historia del arte universal”. (María Luz
Crevoisier-Periodista)
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