Antes
de presentarse en el Teatro Municipal el 8 y 9 de setiembre, la intérprete nos
recibe en su casa, en el pueblo de Santa Bárbara, Cañete, donde construye su
soñada escuela musical.
El
distrito de San Luis, en la provincia de Cañete, se ubica a 138 kilómetros al
sur de Lima. Allí nacieron y se forjaron músicos como Ronaldo Campos y Caitro
Soto, el cantante Manuel Donayre y el futbolista Héctor Chumpitaz. Uno de sus
principales anexos es Santa Bárbara, cuya antigua hacienda luce en ruinas por
el terremoto del 2007. Ahora, sus arados oxidados miran al cielo gris. Cerca,
se aprecia la placita verde y circular, la canchita de fútbol, la pollería
Dany, los sembradíos para camote y yuca.
Todos
en el pueblo sabrían darnos esta indicación: para llegar a la casa de Susana
Baca, hay que pasar la hacienda, seguir el camino asfaltado y, llegando casi a
la playa, doblar a la derecha, tomar la trocha y saludar a tres vacas flacas
que pastan entre el poco verde que puede ofrecer la arena. La cantante se ha
convertido en referente geográfico, además de madrina de la única escuela y de
su biblioteca.
La
casa de Susana no es solo una casa. Es un proyecto cultural aún en
construcción. Ella y su esposo Ricardo Pereira viven en una cabaña levantada
con adobes reciclados, mientras terminan la casa principal. El silencio
reinante, la tranquilidad, me dice, le ha cambiado la vida. "En Lima, me
hubiera vuelto sorda en poco tiempo más", afirma la cantante.
A
la derecha de la cabaña, destaca el espacio que acogerá un pequeño museo
dedicado al registro fotográfico del mestizaje del pueblo y de su herencia
africana, andina, oriental y europea. En efecto, a la población afroperuana de
Santa Bárbara se sumaron, en los violentos años 80, migrantes procedentes de
Huancayo y Ayacucho. También existen pequeñas colonias de origen chino y
japonés: un centenario galpón frente a nosotros evidencia aquella presencia.
El
proyecto incluye también una sala de conferencias de 40 butacas, que puede
funcionar como sala de cine para un pueblo chico. Adosada a ella, recorremos
una biblioteca rica en literatura, historia, sociología, arte y cocina. En otra
sala, se ordena un acervo de 20 mil canciones registradas en cinta, además de
la colección de discos de vinilo, que la pareja espera, algún día, digitalizar.
Aún
a medio construir están las aulas de la escuela de música, pero el estudio de
grabación luce casi terminado, con paneles móviles que permiten crear espacios
acústicos. A pocos pasos de allí, con privilegiada vista al mar, se alista un
acogedor alojamiento de 12 habitaciones alrededor de una plaza neocolonial. Un
espacio monacal, de retiro, con el que se espera financiar lo que la pareja ha
llamado el centro cultural de la memoria para el pueblo de Santa Bárbara.
Para
construir este sueño, ambos vendieron su casa en Chorrillos. Y la rapidez de
las obras dependerá de nuevos ingresos. Lo importante, como explica Pereira, es
no hipotecar el pensamiento ni deberle a nadie. El proyecto busca dotar al
pueblo de una escuela de música donde Susana desarrolle su segunda pasión: la
enseñanza.
No
pretenden formar músicos para competir en un mercado laboral. Para la celebrada
intérprete, la urgencia es recuperar y fortalecer las identidades del pueblo de
Santa Bárbara. Recuperar el pasado y los desafíos de presente; redescubrir sus
instrumentos tradicionales y ser capaces de escribir nuevas letras para nuevas
canciones. En fin, recordar quiénes eran y reafirmar quiénes son.
“Como siempre se le ha cantado tan feo a las
mujeres, me encanta decirles a ellas cosas bonitas”, dice Susana Baca. (Foto:
Rolly Reyna)
Susana
Baca y sus perros, en medio de las avanzadas obras del centro cultural que la
artista levanta en el pueblo de Santa Bárbara, donde reside. (Foto: Rolly
Reyna)
—La
profesora Susana—
Quien
fuera ministra de Cultura a inicios del gobierno anterior decide ahora
enfocarse en un pequeño pueblo, libre de toda burocracia oficial. "Me
encuentro todo el tiempo con gente joven que siente que mi música les ha dado
algo. Los jóvenes de aquí quieren dedicarse a la música, y me buscan, me tocan
la puerta, y me piden que escuche lo que componen. Y yo me veo a mí misma,
cuando hacía lo mismo tantos años atrás. Por eso creo que debo aplicar lo que a
mí me hacía falta cuando comencé: descubrir la relación con la música en el
mundo", explica la cantante.
¿Cómo
hacer para que los jóvenes cultiven su vocación? ¿Cómo hacerles entender que no
se trata de buscar el éxito fácil y que, muchas veces, la música exige
dedicación exclusiva? Cuando su escuela esté operativa, ella espera despertar
vocaciones profundas. Enseñar desde la práctica y el compromiso. "Quiero
que los jóvenes vengan a mi casa, enseñarles y conseguir padrinos para ellos. Y
al final de sus estudios, exigirles logros. Sin duda, este trabajo es mucho más
bonito que estar tras un despacho ministerial", señala la cantante.
—Hablemos
de amor—
De
los Amores es el título de la gira con la que Susana Baca ha recorrido Europa y
Estados Unidos en los últimos meses, acompañada siempre por Hugo Bravo
(percusión), Óscar Huaranga (contrabajo), María Elena Pacheco (violín), Ernesto
Hermosa (guitarra), Kike Purizaga (piano), Carlos Mosquera (voz) y Fernando
Hoyle, su ingeniero de sonido. En el Teatro Municipal de Lima, el 8 y 9 de
setiembre, compartirá un repertorio de canciones nuevas en las que la artista
se reencuentra con lo romántico a partir del vals peruano y la poesía
musicalizada.
“Yo
he escogido poemas, y canciones para reivindicar el amor, como un sentimiento
sencillo, llano, cotidiano. Como todo el mundo lo ha sentido", explica.
Cuánto quisiera que un repertorio como el por ella escogido cambiara una
realidad violenta que nos endilga noticias de amor malentendido, aquél en el
que un hombre alienado responde con maltrato a la mujer que se atreve a decirle
que no. "Todo eso es parte de la sociedad en que vivimos", nos
recuerda Susana, atenta también al amor herido o al tremendo desamor.
"A
mí me encantan las canciones de amor, pero de pronto, cuando empecé a cantar para
las amigas de mi mamá, encontraba en los valses muchas cosas muy duras contra
las mujeres. Temas como 'Víbora', por ejemplo. Y yo no podía cantar en contra
de la mujer", afirma. Por ello, nuestra intérprete nos entrega temas tan
cálidos como "Negra presuntuosa", del desaparecido Andrés Soto,
canción que la persigue por todas partes del mundo, o fragmentos de poemas de
Carlos Oquendo de Amat, rendidos homenajes a la mujer.
Una
ocasión que servirá para renovar el discurso musical criollo cuando se enfoca en
el amor. Susana agrega: "Como siempre se le ha cantado tan feo a las
mujeres, me encanta decirles a ellas cosas bonitas".
MÁS
INFORMACIÓN
Lugar:
Teatro Municipal de Lima. Dirección: jirón Ica 377, Centro Histórico.
Temporada: viernes 8 y sábado 9 de setiembre. Entradas: desde 22 soles.
Teleticket. (Foto
Rolly Reyna – Redacción Enrique Planas)
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