Recreando
la célebre frase de Frida Kahlo: “Para qué quiero pies, si tengo alas para
volar”, Susana Baca, literalmente, vuela cada vez que entra a escena.
Y
en ese vuelo imaginario nos permite -a quienes tenemos la fortuna de escucharla-
subir a su nube musical que, con cada acorde, nos acuna y transporta, con cada
tema, con cada nota, con cada letra, en una sucesión casi sin fin.
Susana
ha regresado al Perú luego de recorrer el mundo llevando no solo su arte, sino
la esencia que ella quiere dejar en cada punto que visita. Así, un día remece
un escenario europeo y al otro presenta un libro o quizá es parte de una
importante conferencia. En todas esas citas, Susana muestra diferentes facetas
que finalmente resumen su vida.
Y
de esta manera hoy le tocó al Perú recibirla de nuevo en los escenarios,
después de tres años de ausencia musical, y qué mejor bienvenida que en el gran
Teatro Municipal.
Allí
Susana hizo de las suyas y presentó, a manera de aperitivo musical, un ensamble
conformado por un grupo de jóvenes de la escuela rural de música de Cañete, que
ella impulsa casi en silencio.
Sencilla
como es, Susana nos comenta de esta iniciativa transformadora que saca adelante
y nos dice: “Es una perlita, un maicito en medio del desierto”.
La
artista no busca con eso brindar al mundo solo una nueva generación de
artistas, sino que a través de esta generar un sentido liberador que nos
entregue seres humanos integrados, con conciencia.
“Siento
que la música puede ser un elemento liberador, pero también puede hacerte
reflexionar sobre tu vida, tus cosas”, explica.
Esta
reaparición musical de Susana viene bajo el manto del amor, que la llevará en
breve a Argentina. El Perú fue una parada, pues Susana tiene que seguir
viajando y entregando su arte al mundo.
Sin
embargo, no olvida lo que pasa en nuestro país. Para ella la música es el
tránsito hacia la sociedad que todos buscamos. “Sin necesidad de sentarte a
meditar, al momento de concentrarte en la música, quizá en la creación, en
componer y todo eso, creo que es un estímulo para el espíritu que te hace
alejarte, por ejemplo, en el caso de los jóvenes, de la delincuencia, de esa
sensación de frustración que ellos tienen a veces”.
“Pero
hay síntomas de esos rescates; por ejemplo, la escuela que mantienen los
Yuyachkani, ellos trabajan en barrios populares. Y trabajar el teatro en los
barrios es meter a los jóvenes en esta cosa de aspirar a un mundo mejor, a un
país mejor”.
“Siento
que el arte es la tabla de salvación de nuestro país, y no es una cosa que esté
fuera de lugar. Lo hemos visto en Brasil, en Colombia, donde han cambiado el
fusil o un arma de agresión por una bitácora”, reflexiona.
“Medellín
se ha salvado, realmente se ha salvado por la labor que han hecho sus
autoridades. He conocido alcaldes que han trabajado en eso. Y son ciudades
salvadas de la violencia y el terror. Ecuador también ha logrado muchas cosas
trabajando con el arte”, nos explica.
Mirando
al Bicentenario
Susana
Baca
La
artista espera con miras a celebrar el Bicentenario que desterremos la
discriminación. “Eso sería la gloria, eso sería verdaderamente celebrar el
Bicentenario. Que la gente no se sienta excluida”.
“Aquí
en nuestro país hay gente que siente y dice ‘para qué voy a ir a la justicia’;
otros que dicen ‘tengo un dejo en la manera de hablar y la gente se burla de
mí, mejor no hablo’. Entonces, creo que el mensaje debe ser que la gente tiene
que sentir que este es su país, sentirse parte”.
“Y
claro que es un país que tiene sus problemas, que está en una situación
extrema; pero cuya gente tiene toda la sensación de ver en algún momento que el
Estado está para beneficiarte a ti como ciudadano, no para arrinconarte como
comúnmente sucede”.
“Siento
que eso sería celebrar el Bicentenario: el que nos podamos mirar a los ojos y
reflexionar sobre nuestras vidas, nuestras costumbres…, que tú le enseñes al otro
tus historias, lo que viviste desde tu niñez. Conocer también cómo vive un
peruano que está por el punto de la frontera, por allá, por Putumayo. Y sentir
eso, sentir que eres parte de esta Nación y que te puedes sentir orgulloso de
todas las glorias que tiene este país”.
Susana
nos regala este portafolio fotográfico que se realizó cuando nos cantó y danzó
descalza en el Teatro Municipal. Esa noche ella presentó “De los amores”,
propuesta que tiene por título el de un poema de Javier Lazo.
En
ella pone su voz en poemas como “Viento del olvido”, “Idilio muerto”, “Reina de
África”, entre otros, que sorprendieron a una audiencia ávida de escucharla
tras su larga pausa musical.
En
esta aventura, acompañada por un numeroso coro, también recibió un homenaje con
el tema “Canta Susana”, en la voz de Carlos Mosquera. Una noche para recordar.
(Andina)
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