El
boom de los berries a partir del súbito auge comercial de los arándanos ha
llevado a que los productores intenten emular dicho éxito con otros frutos de
esa misma línea. Así, uno de los primeros que se consideró fue la frambuesa,
que desde el 2011 se promovió en lugares que se pensaron apropiados para su
cultivo, como Cajamarca. De hecho, en esa ciudad se instalaron parcelas
demostrativas en los terrenos de la Agencia Agraria de San Marcos y se conformó
la Mesa Técnica de la Frambuesa, de la que participaron instituciones como la
Municipalidad Provincial y la Cámara de Comercio locales, así como Sierra
Exportadora.
Sin
embargo, tras algunos años de intentos para que el negocio prenda en dicha región,
la experiencia parece haber indicado un error de apreciación. Así lo cuenta
William Daga, especialista en frutales de Sierra y Selva Exportadora y jefe del
programa Perú Berries. Desde su perspectiva, se cometió una equivocación al
proponer los cultivos de frambuesa en la sierra buscando el frío característico
de la zona.
“Yo
fui de la idea de bajarlo (el cultivo) a la costa. En la costa produce mejor,
dos veces al año, con mejores condiciones, más producción, con fruta más grande
y de mayor calidad; tanto así que ahora en Cañete, Lambayeque, Huarochirí,
Lima, Barranca y Huaral está produciéndose frambuesa con mejores perspectivas
que en la sierra. Creo que para los pequeños productores va a funcionar bien”,
sostuvo.
Para
Daga, el planteamiento de este cultivo partió de la idea de que necesitaba
frío, lo que no era exacto, pues no se consideró que en el hemisferio sur
–donde prospera mejor- la planta entra en dormancia en época de invierno; en
cambio en climas subtropicales como el Perú hay una combinación de calor de día
y frío de noche, lo que impide que la planta se desarrolle adecuadamente.
Al
advertir esta característica es que se probó en terrenos de la costa entre los
1.500 a 2.000 metros de altura –“ceja de sierra”, le llama el especialista-, lo
que provee una temperatura de mejor calidad para el fruto.
A
partir de esta evidencia es que se plantea un ‘golpe de timón’ en la estrategia
de promoción de la frambuesa. Así hoy
existen aproximadamente 80 hectáreas sembradas en el país cuya
producción completa es consumida por el mercado interno. Existen sin embargo
dos proyectos para exportarla a Estados Unidos y Europa en fresco durante todo
el año. “El otro gran mercado es congelado, pero los precios son más baratos.
En fresco (el precio) es espectacular, hay varias empresas que se van a dedicar
a hacer frambuesa. Está igual de cotizada o mejor que el arándano”, agrega.
Y
luego refuerza la idea con una sentencia: “En la costa está el futuro de este
berry. Y también en parte de la sierra pero hasta los 2 mil metros; arriba de
los 2.200 ya sufre pues da fruta muy chica y demora mucho tiempo en cosechar”.
Lo
importante en adelante en garantizar un manejo lo más ecológico posible y una
buena calidad de agua, así como contar con viveros y plantines de calidad con
variedades nuevas. En Perú se producen las de tipo Heritage, que se da todo el
año, y Meeker, que da una sola vez.
Finalmente,
William Daga apunta que otra característica que hace pensar que el panorama es
promisorio para la frambuesa es su menor costo por hectárea comparada frente al
arándano. “Es tres veces más barato que el arándano. El cultivo de frambuesa
cuesta de 14 mil a 15 mil dólares por hectárea, en tanto que en arándano puede
llegar hasta 50 mil dólares”.
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