Cuando
habla, ama. Sus palabras acarician. Su canto también. ' Quiéreme' es el nombre
de su nuevo disco, donde comparte canciones con la cubana Argelia Fragoso.
Álbum que será presentado este miércoles, en el Gran Teatro Nacional, día en
que también será publicada, y estará a la venta, dicha producción grabada en
Cuba. Entro a su departamento de Chorrillos y Susana Baca me entrega el máster
de Quiéreme. Es una primicia. Me pide que lo ponga en el reproductor, porque no
es muy amiga de los aparatos tecnológicos. El CD ingresa a la bandeja y le
damos play.
'Quiéreme'
es casi un llamado de atención. ¿Por qué?
Porque
es necesario amar, querer a tu pareja, a tus amigos, a tu patria.
¿El
amor se pide?
El
amor se da. No debería pedirse, sino esperar y recibirlo. Y cuando pasa, estar
con los brazos, el corazón y la mente abiertos.
¿Nos olvidamos de amar o de valorar al ser
querido? ¿Quiéreme opera en ese sentido?
Tal
vez. Estás muy seguro de que te quieren y ya ni caso le haces al ser que tienes
al lado, y eso pasa también con nuestros artistas. Por ejemplo, hay una
enmienda en la Ley del Artista que nos aseguraría a todos el tener seguro de
salud, pero aún no se da. Y somos incapaces de comprar un disco, de pagar una
entrada.
¿Se
siente querida?
Sí,
no me puedo quejar. Voy por la calle y siento el amor de la gente.
¿Qué
le dicen?
Que
soy un orgullo, que, en medio de tanta tristeza, hay una alegría al saber lo
que hago, al escucharme. Otra gente me dice que me escucha y siente paz. Es
bien bonito.
¿A
quién le ha tenido que decir ‘quiéreme’?
A
mi propio país también. Cuando empezaba, de pronto no tenía el respaldo de la
gente. También se lo dije a un muchacho del que me enamoré tremendamente cuando
yo tendría unos 20 años. Era un chico que quería ser músico, fotógrafo. Era
hijo único y no sabía querer. Y hay que enseñar a querer.
¿Cómo
se quiere a la otra persona?
Escuchándola.
Tomándola en cuenta, respetándola. Las mujeres hoy en día tenemos problemas muy
serios en esa falta de querer, de no saber querer, creer que querer es dominar,
estar bajo el mando de una persona.
¿Cómo
conoció el amor?
Me
enamoré de un vecino. Yo tenía 12 años. Viajábamos en el tranvía. Él porque
estudiaba en una universidad y yo me iba a ayudar a mi madre a limpiar una
oficina, de ahí me iba a mi escuela caminando, al Divino Maestro. Teníamos que
levantarnos muy temprano. Cuando no aparecía ese muchacho, sentía su ausencia,
sentía pena. Y entendí que eso era enamorarse.
¿Y
cómo conoció el desamor?
Uf…
Amé a un hombre por quien todas mis amigas, ya experimentadas, me decían que yo
estaba sufriendo y que era tonta, porque ese hombre no valía la pena.
¿Hasta
qué extremo llegó?
Quería
envenenarme, tirarme de un puente. Pero me salvó un amigo, que me ayudó a salir
de eso y a hacerme ver que esa desesperación que yo tenía estaba en no haber
disfrutado en la totalidad de mi padre. Ahí estaba mi problema y el porqué de
aferrarme desesperadamente a una persona. Y siempre estuve como buscando a un
padre.
Siempre
pasa eso, ¿no? Y al revés: el hombre que busca una madre. ¿La separación de sus
padres fue dolorosa?
Yo
creo que sí. La sublimé, la transformé en otra cosa, pero eso quedó adentro y
es bien fuerte. Arrancármelo me costó. Por eso respeto mucho al psicoanálisis,
porque me salvó la vida. Finalmente, me llegué a casar con Ricardo, con quien
encontré el padre, el hijo que no tengo, el guerrero que me defiende. Todo.
En
'Quiéreme' se canta boleros y valses. ¿Qué tienen en común?
El
romance. Nuestro disco es una celebración del romance. El bolero ha trascendido
el continente, se fue por el mundo. Pero el vals no tuvo esa acogida tan
fuerte. Creo que es por su ritmo, que es complicado. Pero hablan de lo mismo,
del amor, del desamor, de esas maneras de expresar el sentimiento de la gente.
Canto valses como “Rosas y azar”, “Hermelinda”. Hay un bolero que comparto con
Argelia, que es “Pensamiento”, y también cantamos un tango.
En
el colegio le decían peyorativamente “eres negra”. ¿Hoy cómo se expresa el
racismo?
El
racismo siempre está. Es una enfermedad.
¿En
nuestro país, sobre todo?
Sobre
todo. Lo veo en el descuido que hay en provincias, donde la gente vive en una
situación mucho más pobre, donde la educación y la salud no funcionan bien.
Siento que hay un olvido a propósito, qué casualidad que ahí viven indios y
negros.
El
racismo es hermano de la xenofobia, que ahora se expresa contra los
venezolanos.
Estamos
viviendo una crisis. Es necesario emprender una cruzada en el mundo para que
las cosas cambien en Venezuela. Mientras tanto, tenemos que recibirlos porque
hay niños, gente en muy mal estado.
Cuando
le dijeron “eres negra”, gatilló en usted el deseo de salir adelante. ¿Hoy qué
la motiva a hacer las cosas?
Yo
vivo en Cañete y pienso que ahí debo irradiar algo de nuestra cultura, de
nuestra formación. Tengo que ir, conversar a través de la música y dedicarles un
tiempo.
¿Qué
la saca de quicio?
Acordarme
de los audios de la corrupción, la impunidad, que nos engañen. Tengo cólera de
ver cómo la gente que hemos elegido para el Congreso no toma en serio los
cambios que se tienen que hacer. También me saca de quicio la prepotencia, esa
cosa de sentirte superior.
¿Ya
hace un balance de su vida?
Sí.
Es un balance positivo. La volvería a vivir porque ha sido una vida bien
productiva y estoy cosechando lo que sembré.
Autoficha:
-
“Nací en Chorrillos. Creo que tengo 74 años (risas). Me tuve que ir a Cañete,
allá está el silencio, la calma. Ahí vivo. No tengo muchos discos grabados:
unos 15 álbumes personales. Estudié en La Cantuta para ser maestra de niños, la
profesión que quiso darme mi madre para no morirme de hambre en la música”.
-
“La universidad te abre la mente. Mis maestros eran poetas, como Alejandro
Romualdo, Juan Gonzalo Rose. Para dar conferencias venían Manuel Scorza, Julio
Ramón Ribeyro. Aprendí a escuchar de todo, como King Crimson o Queen. Escucho
música de Nueva Orleans”.
-
“Me entusiasma la música africana. Me gustaría trabajar música argelina,
marroquí. Tengo un disco grabado con un coro de Nigeria, que espero que salga
en 2019. Otro proyecto pendiente es la escuela de música. En enero grabé un
disco con Michael League, del grupo Snarky Puppy; ya debería salir”. (Perú.21 MIJAIL
PALACIOS 27/08/2018 06:43h)
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