Está malla metálica sin lugar a dudas es la máxima expresión discriminatoria para los San Vicentinos y visitantes al cerrarnos una calzada de la vía por aquellos que dicen ser propietarios de un inmueble sin escritura pública alguna que legitime su derecho a la propiedad.
Más allá del reordenamiento del comercio
ambulatorio, la seguridad debería primar para todos los caseros y caseras que
compramos en los centros de abastos de la capital Cañetana.
Si cerraron el mercadillo por no tener
seguridad, PS para los de la explanada del mercado el peligro en su máxima
expresión es más evidente con la pasividad de las autoridades que no protegen
la. Integridad física de sus vecinos.
Esperemos que la reflexión y el derecho de
todos prevalezca ante los intereses de algunos que durante años no son dueños
de nada hasta el día de hoy.
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