Escribe Vladimir
Rojas·Miércoles, 27 De Febrero De 2019.
OTASS y su “régimen
transitorio” llevan más de 3 meses en Cañete, y más allá de un camión cisterna,
del enredado “explicar” al aumento de tarifas, y de haber callado la “doble
percepción” de un directivo, no se conoce hasta hoy el plan para reflotar la
empresa “municipal”, si es que acaso existe.
Si sorprende, que tan
importante tema, aún no sea de interés de la autoridad provincial, ni de los
distritales, quienes hasta fines de octubre de 2018 decidían sobre la empresa
del agua, atribución a la que han sido relegados hasta el 2021. Al menos eso si
está claro para quienes diseñaron el Régimen de Apoyo Transitorio.
Justamente, dicho
régimen tiene como piedra angular que, para reflotar, relanzar, rescatar,
repotenciar, reactivar (o cómo se le llame), la incorporación de operadores de
gestión (entiéndase sector privado) debe darse. Eso es claro, sino de dónde
sacará plata el Estado, si todos los proyectos de OTASS son financiados con
préstamos externos.
CAÑO CERRADO PARA
OTASS. Se acabó posibilidad de convocar a empresas privadas que gestionen Emapa
Cañete.
Bueno, ahora eso se
acabó, pues este domingo se publicó el D.S. 009-2019-VIVIENDA que deroga el
procedimiento especial para escoger a los operadores de gestión (en buen
romance, entes privados) que intervengan las emapas a nivel nacional, como la
de Cañete.
Si la principal
herramienta para reflotar emapa Cañete ha sido eliminada, ahora OTASS se
convertirá en otro ente que, a la par de los municipios, tenga que recurrir al
Ministerio de Vivienda para conseguir financiamiento para sus proyectos de
inversión.
Ahora corresponde
hacer una lógica pregunta: ¿Si OTASS queda supeditada a los recursos del
Estado, pues le anularon la posibilidad de convocar al sector privado, se
justifica su permanencia, y la de su régimen transitorio? Nuestra respuesta es
NO.
No, porque un órgano
técnico incapaz de ofrecer a la ciudadanía su plan de trabajo hasta el 2021,
actúa tan igual como aquellos municipios con autoridades que tampoco lo hacen
hasta el día de hoy.
No, porque un órgano
técnico mutilado en búsqueda de financiamiento privado, sólo dependerá de las
inversiones públicas, a las que siempre recurren los municipios. OTASS se
volverá en otro concursante más, y se convertirá en el municipio 17 de Cañete.
No, porque es un
peligro para la provincia, que persista un régimen con un ente (OTASS) que vive
gracias al endeudamiento externo, cuyos financistas aún no se enteran que el
gobierno de Vizcarra les cerró el caño (por ahora) para que sus “amigos”
intervengan en forma bondadosa en nuestra empresa.
Ese silencio sobre el
agua es peligroso. Esa inercia municipal de no reclamar acciones claras, es
complicidad. Esa omisión de no dar cuenta a la ciudadanía, lo que harán con
emapa hoy en día, se debe sancionar.
SI OTASS NO TIENE LA
CAPACIDAD DE RESOLVER EL PROBLEMA DE EMAPA CAÑETE, NO SE EXTRAÑARÁN LAS
IMPRODUCTIVAS “JUNTA DE ACCIONISTAS”.
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