Escribe Vladimir
Rojas·Martes, 27 De Agosto De 2019
En el Gobierno Regional
de Lima se ha procedido con designar a un nuevo gerente general, no se decide
el cambio por un profesional con experiencia regional, ojalá no sea para que
alguien mejore su hoja de vida. El acelerador sigue en automático cuando
requiere ser manual.
Hoy figura en el lugar
20 de todos los gobiernos regionales. El dinamizar la inversión pública sigue
siendo el factor que determinará el éxito o no de la gestión en este 2019,
aunque ya se ha lanzado a licitación el enrocado para los ríos por un valor de
120 millones de soles.
La designación de
Octavia Herrera llega en un momento, dónde en Huarochirí un protegido director
de red de salud es cuestionado a nivel nacional por atropellar a una médico por
realizar una pollada ante la ausencia de insumos por falta de presupuesto.
Asimismo, desde Cañete
persiste la indignante precariedad en cumplir con el pago a profesionales y
técnicos del Hospital Rezola quienes no conocen de sueldos desde hace 5 meses,
ante la incapacidad de un director que prefiere el silencio.
Ricardo Chavarría busca
correr con el inicio de diversas obras, y fue importante que por fin se inicie
la reconstrucción del puente Catapalla en Lunahuaná, pero debe tener cuidado
con la recepción de obras, pues lo sucedido en el Colegio de Arena Baja merece
una explicación que se resiste a dejar el aula de la ausencia.
Don Ricardo Chavarría
debe estar atento no sólo a las diversas denuncias que siguen su trámite en el
Ministerio Público, sino en vigilar a sus funcionarios porque en ese afán de
llegar al 90% de ejecución de inversión, muchos devengados pueden aterrizar en
pleitos internos, e incrementar las cifras de algunas billeteras.
Estando por concluir el
octavo mes del año, el gobernador regional debe saber que la nueva Gerente
General no aportará mucho en resolver los problemas heredados por gerentes y directores
que lucraron y no sirvieron. Chavarría Oria debe oxigenar dicha gerencia con un
equipo técnico de su confianza, caso contrario los experimentos sólo arrojarán
resultados no deseados.
La bandera de las
buenas intenciones debe ser recogida de la plaza de la incapacidad del gasto
dónde estuvo izada en estos meses. Si desde la Gerencia General no se corrigen
los excesos del sector salud y educación, el cambio será uno más sin
trascendencia que deberá retornar a La Perla de donde salió.
Todo está en manos del
gobernador regional; muchos cambios de funcionarios no fueron el remedio.
Tampoco lo será un autofinanciado “programa sabatino”. Al final de cuentas,
desde Palacio de Gobierno exigirán al Titular del Pliego, no al segundo, ni
menos al consejo.
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