Actualizado el 29 abril, 2020
La disponibilidad de herramientas
tecnológicas ha aumentado de forma sorprendente en las últimas décadas y la
necesidad de aprendizaje de los usuarios se ha ido incrementando de forma
paralela. Esto es así porque al inicio de la era digital solo los más jóvenes
se vieron inmersos en este nuevo mundo y los mayores se quedaron atrás bajo la
falsa idea de que estaba ya fuera de su interés.
Hablando siempre desde un punto de
vista general, esta situación se ha visto modificada debido al gran cambio que
han sufrido las relaciones sociales, el ámbito laboral, las actividades
cotidianas y muchos otros elementos de la vida diaria en cualquier hogar.
Ahora, tanto ancianos como niños y
todas las edades intermedias, se ven con un smartphone en las manos para hablar
con la familia mediante mensaje instantáneo, consultar los datos bancarios o
hacer la compra.
Los mayores, grandes beneficiados
Los ciudadanos de mayor edad se siguen
resistiendo a utilizar ciertas tecnologías que son ya incuestionables para
todos los demás. Sin embargo, cada vez son más los que disfrutan de las grandes
ventajas que este tipo de herramientas les ofrecen.
La posibilidad de estar mejor
comunicados hace que las personas mayores se sientan más acompañadas. Tienen
una evidente mejora en la cercanía con otras personas y en la relación
establecida con ellas.
Al mismo tiempo encuentran nuevos
modos de entretenimiento y se sienten más cercanos a la época que viven
participando de sus nuevos códigos. Necesitando en muchas ocasiones la ayuda de
los más jóvenes para la utilización de estos gadgets, las nuevas tecnologías se
convierten en una excusa perfecta para establecer nuevos puntos de relación con
hijos y nietos.
Los más pequeños son los mejores
usuarios
Las generaciones intermedias que
vieron nacer la era digital han ido aprendiendo según se introducían elementos
nuevos en sus vidas. Sin embargo, los jóvenes y niños nacidos en la era digital
lo dan por sentado y su manejo dista mucho de la relativa torpeza de sus padres
y abuelos.
Así, ante la preocupación de algunos
padres y la fascinación de otros, los niños que aún no hablan ya saben utilizar
de forma solvente pantallas táctiles. Esto se deriva, sin duda, de su práctica
precoz y del gran componente de intuición que presentan este tipo de elementos.
Educación y sensatez
No debe ser, en realidad, una fuente
de preocupación para los padres. Aunque de forma general se tiende a creer que
los modos utilizados en la propia infancia eran mejores que los actuales, a
todas las generaciones les pasa, la realidad es que los niños de hoy cuentan
con unas potentes herramientas de aprendizaje que potencian sus capacidades.
El padre debe permitir al niño que use
el teléfono y el ordenador para que aprenda a utilizar lo mejor posible una
herramienta que necesitará de por vida. El uso responsable y tutorizado es la
clave para permitir a los pequeños que se beneficien de todo lo positivo de las
nuevas tecnologías.
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