El Cañetano Fernando Pacheco tiene apenas 15 años
y ya logró lo que no pudieron jamás delanteros como Jefferson Farfán, Paolo
Guerrero o Claudio Pizarro: ser campeón fuera del ámbito sudamericano con una
selección peruana. La Foca fue goleador y figura del Perú que ganó el Torneo
Olímpico Juvenil de Fútbol Masculino Nankín 2014. Desde esta semana, tendrá dos
grandes desafíos para seguir torciendo la adversa historia reciente del fútbol
de su país. Quedarse con una de las cuatro plazas para jugar la Copa Mundial
Sub-17 de la FIFA Chile 2015 y tratar de levantar el título en el Sudamericano
de Paraguay.
Para lograrlo, Perú une a sus dos
categorías más exitosas en mucho tiempo: la vencedora en Nankín y la que en
2013 ganó el Sudamericano Sub-15 de Bolivia, primer título continental peruano
desde la Copa América 1975.
“Si ponemos todo de nuestra parte,
somos candidatos. Queremos ir al Mundial, yo sé del grupo que tenemos. Ya lo
hicimos antes, podemos volver a hacerlo”, le dice Pacheco, todo confianza, cero
presuntuoso, a FIFA.com, cerca del momento de jugar.
“Nos tocó un grupo demasiado difícil
pero nosotros estamos ahí, peleando. El profe nos habla siempre para
tranquilizarnos y que estemos de la mejor manera”, cuenta el atacante de
Sporting Cristal sobre el Grupo A, que comparte con Paraguay, Brasil, Venezuela
y Colombia, “el candidato junto con Uruguay y Argentina”.
UN ABUELO Y UN JOTA JOTA
El profe es Juan José Oré, el hacedor
de estos planteles ganadores y del equipo que llegó a cuartos de final del
Mundial Sub-17 Corea 2007, el único en la historia de la categoría al que Perú
se clasificó por eliminatorias –el 2005 lo jugó por ser organizador-.
“Nos muestra videos de los rivales, le
gusta que seamos un equipo bien tocador en el medio, con salida, sin jugar al
pelotazo. A mí lo que siempre me pide es que sea simple y que no tenga temor en
hacer las jugadas que me salen”.
Oré es quien le devolvió a Pacheco un
lugar cerca del área. La Foca –“me dicen así porque tenemos un tipo de juego
similar con Farfán”- comenzó como delantero pero llegó a Sporting Cristal en
2012 como volante por la derecha o de contención. Una tarde de entrenamiento
con la sub-15, el técnico lo recolocó en el ataque, una decisión que vería sus
frutos en Nankín aunque para el torneo de Paraguay no sea definitiva: “A veces
me pone de delantero y otras veces como volante derecho que ataca y defiende.
Al comienzo me costó al ser una categoría nueva. Ir a chocar, aguantar la
pelota… pero tengo más fuerza ahora y ya me acostumbré”.
Cuando Don Pacheco lo llevaba de la
mano a jugar a la canchita cercana a su casa, el físico de Fernando era lo de
menos. Tenía 5 años y sólo le importaba patear y ver los partidos de los más
grandes. “Ahí me enamoré del fútbol, gracias a mi abuelo”. Ya era hincha del FC
Barcelona, de Ronaldinho, y seguía cada partido por televisión. Después, cuando
ya vestía el celeste y blanco de Unión Bujama, su primer club, el de su tierra,
empezó a admirar la pegada de Andrea Pirlo. “Siempre le pego de afuera del
área, también tiros libres. Tengo varios goles así”.
El más importante fue el que clavó en
el ángulo del arquero coreano para ganar la final de Nankín. El grito de la
multitud que los fue a recibir en Lima todavía suena en sus oídos: “No
esperábamos un recibimiento tan grande. Hubo demasiada gente, no estábamos
acostumbrados. Hoy lo pienso y me siento feliz por haber logrado algo tan
importante a tan corta edad”.
MADUREZ PARA SOPORTAR LA PRESIÓN
Esa medalla dorada, el logro del
Sub-15 anterior, generaron una gran expectativa en una hinchada muy apasionada
que ve los grandes éxitos de la década del 70 como si fuesen del paleolítico.
La selección mayor no va a una Copa Mundial desde 1982. Los Jotitas –como se
conoce a los equipos de Jota Jota Oré- cargan con responsabilidad.
“Se siente la presión. Me crucé con
hinchas y me dijeron ‘espero que vayan a lograr algo’. Por una parte lo tomo
bien y por otra mal. Te lo dicen de una manera como que si no ganamos nada
vamos a ser lo mismo de siempre”, se lamenta.
Seriedad para asumir el compromiso no
le falta. Pacheco, que a sus 15 años ya sabe que será técnico cuando se retire
y mira el juego con pasión por el aprendizaje, toma decisiones inusuales para
su edad: “Juego a la PlayStation pero a Paraguay no la voy a llevar. No es algo
del profe, es lo que piensa uno. Nos puede desconcentrar”.
Reflexiones adultas “para tener otro
logro en el Sudamericano” pero también para reafirmar el mensaje hacia el
fútbol peruano: “Hicimos algo importante para que se confíe más en la base de
jugadores que hay en Perú. Hay jugadores sorprendentes que pueden dar mucho que
hablar”. (radiopublicape)
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